Elsewhere (Desaparecida)

Aunque para el espectador adulto curtido en tropecientos thriller de parecida factura esta película le pueda resultar tópica, previsible e interminable y sea fácil hacer sangre de ella, creo que no sería justo, pues tal y como yo lo veo se trata de una de esas historias con las que disfrute en mi adolescencia sobre chavales metidos a detectives tipo los libros de “El club de los cinco” escritos por Enid Blyton, trasladada a la idiosincrasia de los nuevos tiempos y con la que a buen seguro los adolescentes pasaran un rato entretenido con esta historia de la intrépida Sarah (Anna Kendrick) y su amigo Jasper (Chuck Carter), investigando la desaparición de la casquivana y mejor amiga de la primera, Jill (Tania Raymonde) y encontrándose con otras desapariciones que tuvieron lugar en el pasado y que guardan relación con esta, todo ello con mucho Internet y teléfonos móviles por medio, como no podía ser menos en la sociedad de hoy en día.
Por lo demás, buena factura técnica y actores a la altura del Blytoniano espíritu de la película.

Thriller para adolescentes, con todo lo que ello implica que además actúa como un indiscreto "cuidado con las redes sociales". Elsewhere no va a ningun sitio desde que desaparece de la pantalla lo único que merece la pena, Tania Raymonde, aunque vuelve a enfrentarse al típico papel de chica mala de turno, personaje donde por otra parte parece haberse encasillado.

Un thriller sin más de investigación de persona desaparecida con lavado de manos de la policía de por medio, tan inverosímil como frecuente en estas producciones. Profundidad nula y diversión justita para una película que pretende llegar a un clímax que se queda más que soso. Pinceladas telefílmicas para un director que se mueve entre lo previsible y lo vacío.

En definitiva, pasable por momentos pero para nada merecedora de una segunda oportunidad, y para muchos ni para la primera.

Creo que es la película de secuestros/desapariciones más sosa, poco interesante, aburrida, falta de suspense, tediosa, estúpida, pesada, soporífera, adormecedora, interminable, desesperante, cargante y absurda del cine de este subgénero... y me he visto unas cuantas. Hasta la de Lindsey Lohan, «Sé quién me mató», que es tan denostada por muchos es infinitamente mejor que esta basura —nunca mejor dicho— pretenciosa con ínfulas de cine de autor.

Lo peor de todo es que se puede ver entera y te la tragas pensando que va a ver ese algo que te haga amarla, pues no, al final es la basura que esperabas cuando pasa una hora de película porque la primera media hora o así, mientras introducen al personaje que luego desaparece pues es hasta interesante, pero una vez pasa eso, olvídate, una estupidez tras otra.

No pierdas tu tiempo porque aunque sea el mejor papel que haya hecho Kendrick —ja ja ja aj aj aj aj aj aj aj aj a— la película es de lo más, repito, insulsa y falta de sustancia.

Versión antena3 de la fabulosa Megan is Missing, que como ven no me canso de recomendar. La historia es tal cual: amiga guarrilla desaparece tras exponerse en bragas rosas al ciberguarreo de internet. Su compañera de trabajo y virginal amiga emprende la búsqueda no convencida con la idea de que simplemente se haya pirado del pueblo paleto en el que viven. La tercera en discordia es Daria, compañera de curro lerda, misteriosa y rara como ella sola... Pero con un secreto muy chungo en su historial familiar.
El caso es que la peli no es mala del todo, de hecho podría ser muchísimo peor.
Y no se extiende tantísimo en la hipócrita crítica a las redes sociales como cabría esperar.
Lo mejor: Se digiere bastante bien.
Lo peor: Se excreta exactamente igual de bien.
Allá ustedes.