Camino duro: La historia de Dewey Cox

La nueva obra de la factoría Apatow es, para variar, una mordaz comedia que en este caso parodia hábilmente el mundo de la música. El estrellato, la fama, y la posterior caída de un ídolo hasta su redención final y su búsqueda interior.

Dewey Cox narra, en resumen, la historia de un tipejo con ese nombre que se decide a dedicarse a la música por un golpe del destino y se acaba convirtiendo en un crack, conociendo incluso a Elvis Presley. Durante los 40 años en los que se desarrolla la historia -siempre con el mismo actor, un genial John C. Reilly-, seguimos sus pasos y los de su banda, y su contacto con todo lo que había en aquella época, como las drogas.

Todo está retratado de forma muy cómica y humana, como viene siendo sello de Apatow y todo su grupito de frikis. Y justo ahí es donde radica la fuerza de la cinta, en su guión, realmente aceptable, con momentos hilarantes que arrancan carcajadas de forma constante como pocas comedias pueden lograr. Humor negro, mala hostia y una lista de actores bastante graciosos es lo que ofrece Dewey Cox. Divierte, así que ya sabes. Si quieres pasártelo pipa durante apenas hora y media, adelante. No es "Lío embarazoso", ni conectará tan bien con los adolescentes como "Supersalidos", pero merece mucho la pena.

Sería cínico y falso por mi parte ponerme sólo la capucha de espectador súmamente objetivo y despreciar en base a aspectos de los que hablaré después el hecho de que en ésta, tal vez excesiva "Dewey Cox" he reido a gusto como hacía mucho tiempo que no lo hacía. Excesiva en su duración y tal vez agotadora en su parte final. Las películas del señor Apatow, ahora en boca de todos, sea como productor, como director o guionista están dando un aire nuevo a la comedia aunque sus resultados habitualmente sean irregulares. No me dejé embaucar por "Supersalidos" ni por "Virgen a los 40" pero sí guardo un amable recuerdo de "Lío emabarazoso" y a partir de ahora de ésta "Dewey Cox" que viene a demostrar que este subgénero del cachondeo de otras películas o géneros no tiene que ser un absurdo simplista y bobo como "Scary Movie", "Epic Movie", "Meet the spartans" etc... Aquí hay humor chusco y humor inteligente, algo que ha dignificado productos tan sólidos como "Los Simpson" o "Padre de familia". No tiene un sello tan profundo como para perdurar en la historia del cine pero sí que ofrece 2 horas (con hora y media bastaba) de sano y alegre divertimento.

Sorprendentemente divertida, hacía tiempo que no me reía tanto. Narra la vida en tono caricaturesco de una estrella de la música utilizando elementos de biopics de los últimos años. Se desmarca de la tendencia del cine actual del humor (las xxxx Movie) utilizando gags mucho más elaborados. Si bien no pasará a la historia por tener un humor muy inteligente sí es altamente recomendable para pasar un rato más que agradable. La actuación de John C. Reilly me resulta memorable, es una actor al que tengo enchufado y quizá por eso desvirtúe mi objetividad, claro.

Tenemos aquí otra película de la Apatow Productions, pero no es más de lo mismo, porque es capaz de fusionar a la perfección el humor absurdo con una preciosa historia llena de sentimiento y drama. La mayoría de los trabajos de este grupo de actores no es capaz de transmitir mucho más allá de sus gags a veces exagerados, pero tengo que reconocer que en este caso me emocioné bastante con la historia de este artista que no podía oler. Menuda suerte para Apatow que entre sus amigos actores se encontrara uno con tanto talento para la interpretación y la música, portentosa voz de John C. Reilly, que se mete tan bien en su personaje que parece que viéramos una historia real, cuando todo es ficción, una descabellada y muy bien rodada parodia de películas como Ray, y sobre todo de En la cuerda floja. Tenemos a un Reilly que es la mezcla perfecta de Roy Orbison, Ray Charles, Jonnie Cash, Bob Dylan, David Bowie y otros tantos; al que le acompaña otro descubrimiento musical, que es la actriz Jenna Fischer. Las canciones, a pesar de ser la mayoría paródicas y tener una letra graciosa destilan talento y pasión, pues Reilly realmente parece que lo vive y lo siente de veras, además de contar como ya he dicho con un melodioso y potente tono de voz. Tanto me gustó esta película que cambió mi modo de ver a este actor, al que antes consideraba un tanto mediocre, pero ahora me doy cuenta de su potencial, y revisionando sus papeles encuentro otros tantos de gran calibre, como el de Chicago o el de Carnage. Tanto se metió en el papel Reilly, que hizo una gira de conciertos por Estados Unidos con el nombre de Dewey Cox, interpretando sus canciones de la película, y también fue nominado a un Grammy. Joaquin Phoenix lo bordó como Johnnie Cash, pero yo me quedo con Reilly y su Dewey Cox.

Dirigida por el hijo de Lawrence Kasdan, director a su vez de aquella serie de culto: Freaks and Geeks y portador de el inconfundible sello Apatow, nos encontramos ante una entretenida y divertida comedia que en clave de falso biopic, nos narra la vida de un joven de Alabama, que tras sufrir un gran trauma, por la muerte de su hermano, se revela como un genio para la música y poniéndose manos a la obra se convierte en una mega estrella del rock, mezcla de Jim Morrison, Johnny Cash , Ray Charles y demás, con constantes paseos por el lado salvaje de la vida, narrándonos su auge y caída. Aunque es una parodia del modo de vida a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado de los rock stars, se nota que está hecha con cariño e impregnada de un nada sutil, pero fino humor. John C. Reilly, esta desopilante, con un molón look tipo Jim Morrison, mención aparte merece la aparición de Frankie Muniz, (el chaval de Malcolm in the middle ), encarnando a Buddy Holly. Recomendable y si eres fan de Apatow, imprescindible.