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Mi novia ideal

Comedia. Drama Abe, un joven que vive aún con sus padres, se dedica a coleccionar juguetes. Trabaja en la empresa familiar y se aprovecha de la debilidad que su madre siente por él; tiene también un hermano médico con el que no se lleva bien. En una boda conoce a Miranda, una chica de carácter depresivo a la que impulsivamente propone matrimonio. Ella, al principio no muy entusiasmada con la idea, acaba aceptando, pero la situación no es lo que Abe ... [+]
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
10 de diciembre de 2012
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Solondz anunciaba que en esta película iba a dejar de lado temas tan polémicos como la pederastia o el aborto que si se trataban en sus anteriores films. Pero yo no creo que Solondz se haya suavizado o que quiera hacer films en otra dirección. A pesar de los cambios, Solondz sigue siendo el mismo, y Dark Horse mantiene la tesis determinista de Palíndromos, pero sobre todo bebe de las ideas de Storytelling.

Para empezar el personaje de Selma Blair "Miranda" ya salía en Storytelling. Por otro lado, mientras en Storytelling hablaba de la creación artística y su intento de plasmar la realidad. En Dark Horse, nos cuenta los intentos de conocer nuestra propia realidad, siempre confundida entre nuestras propias interpretaciones, nuestras neurosis y por nuestra forma de ser. (Abe, el protagonista, culpa a sus padres de su mala posición en la vida. Solondz juega con eso. Aunque los padres tengan elementos disfuncionales que puedan perjudicar a Abe, sobre todo le sirve de justificación, por ejemplo su hermano si que ha triunfado en la vida). Todos somos Storytellers (contadores de historias) incluso de la nuestra.

Al igual que Storytelling, la narración se divide en dos partes aunque esta vez no herméticamente. La primera vemos como se desarrolla la vida de Abe y en la segunda tiene mayor importancia los sueños, pesadillas o alucinaciones de Abe. Para muchos críticos esta forma ha sido fallida. A mi me parece bastante lograda, juega bien con la incertidumbre del espectador, hace un gran uso de la elipsis y nos permite conocer mejor a los personajes.

El humor de Solondz tiene a su mejor aliado en la posición de la cámara. Distante e irónica, fueras de plano dramáticos y humorísticos (uno, clave en el film). Y travellings laterales que aumentan la incomodidad como por ejemplo cuando se conocen los padres de los novios.

El reparto esta muy conseguido, me alegra ver a Mia Farrow que realizo el film por la admiración de su hijo Ronan, también hijo de Woody Allen, por el cine de Solondz. Selma Blair lo hace fantástico y Jordan Gelber es perfecto para el papel.

Parece que Solondz ha dejado de tener la relevancia que parecía que podía alcanzar tras Happiness. Se ha convertido en un autor cada vez mas minoritario. Yo sigo siendo fiel a él, siempre tiene algo interesante que contar, cuida los detalles y la puesta en escena y sus discursos siempre son inteligentes y complejos. La metáfora del centro comercial de juguetes con el modo de vida americano esta lograda.
Cthulhu
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20 de noviembre de 2011
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo la teoría de que a Todd Solondz se le acabó la mala hostia tras rodar "Palindromes" en 2004. Y es normal porque aquella era una salvajada tan bella como extrema. Cinco años después volvió con "Life During Wartime", una secuela libre de "Happiness" (hasta ahora su film más aclamado) que mantenía la identidad del director aunque no llegaba tan lejos como en el pasado. "Dark Horse" sigue en esta línea hasta el punto de que casi pareciera que el provocador que tiene dentro sólo se despierte en momentos aislados y que la filosofía Sundance se haya apoderado (aunque sólo un poco) de la mentalidad del director.

"Dark Horse" nos acerca a dos frikis más de este universo "Solondziano", dos treintañeros que se encuentran en una boda ajena. Él es obeso, trabaja para su padre -por enchufe-, vive en casa de sus progenitores y se gasta dinerales en merchandising y juguetes. Ella es una mujer triste, con voz apagada y mirada perdida, que por alguna razón parece muerta en vida. En este universo puede pasar de todo... y así ocurre. Con un tono menos duro que en el resto de su cine, tirando más de un humor negro estándar pero jugando -como siempre- con los detalles (algunos gags funcionan desde la propia planificación de la escena, sin recalcarse en ningún momento), la película avanza mientras vemos cómo estos dos personajes interactúan con sus seres cercanos hasta que llegamos a la conclusión final, extensible al resto de la filmografía de Solondz: el director ama a la raza humana pero disfruta torturándola. "Dark Horse" no gustó en Venecia y la única forma de entenderlo es que no se acepte el estilo del director, porque aquí está todo su cine, más o menos "light", pero el tono es más o menos el mismo de siempre. Divertidísima en algunos momentos, incluso funciona cuando el drama se apodera de la imagen y la cosa se atreve a girar hacia otra dirección. Un caballo oscuro, sí, pero ganador.
Caith_Sith
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4 de abril de 2013
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más, Todd Solondz me ha trastocado todo. Todo el mundo tiende a comparar Dark Horse con otros títulos del mismo director y, como todos sabéis, las comparaciones son odiosas. Mi consejo ya se intuye: No hagáis caso.

Veo en esta película todo el caracter y la ironía de Todd Solondz. Siempre he comparado las situaciones que recrea este director con los chistes de mal gusto: me hacen reír y me hacen sentir mal al mismo tiempo. Si lo que estáis buscando es esa sensación extraña y contradictoria, Todd os ofrece ochenta y cuatro minutos de varios nudos en la garganta exteriorizados, en mi caso, con una gran sonrisa.
Raff3
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14 de junio de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La peli es un retrato mordaz, irónico y con gran dosis de humor negrísimo de una panda de perdedores absolutos, porque no hay ni un solo personaje que se libre. Todos arrastran una vida miserable, vacía, triste y sin sentido, envuelta en un precioso papel consumista. Los que la acusan de blanda, decir que he visto pocos discursos tan pesimista-nihilistas como el que da el protagonista a su madre sobre cómo ha sido vida: "La verdad es que todo el mundo es horrible. La Humanidad es una gran cloaca...Todo se reduce a una buena comida, a un buen polvo...".
Lo que más me ha gustado son los diálogos, marca de la casa, que no dejan títere con cabeza y esa capacidad de Solondz de dibujar personajes tan deprimentes, sin concesión de ningún tipo y ese humor negro con el que sintonizo al primer instante.
Lo mejor: el humor negro.
Lo peor: decae un poco hacia el final.
La escena: la ya comentada de cómo ve la vida el personaje principal.
lughnasad
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15 de marzo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 'caballo negro' es aquel que sin ser favorito llega a la línea de meta antes que nadie. Aquel con el que nadie contaba y que al final consigue imponerse. Negro por invisible, porque es más una sombra que un ser. También por oscuro, por alternativo, por raro, por inadaptado. La obra de Solondz está plagada de caballos negros en potencia. De hecho, Solondz ha consagrado su filmografía en desvelar las complejidades y miserias de esas almas sin pena que vagan por la Norteamérica de nuestros días. No las vemos, pero están. Y el objetivo de Solondz las filma con candor y a la vez con crudeza, entre el paternalismo y lo lacerante. Por eso su cine incomoda a la par que atrae: amamos sus criaturas y al mismo tiempo las repudiamos, porque son imágenes deformadas de tipos y prototipos que conocemos, que encarnamos.

El caballo negro de la película es Abe, un hombre orondo, con trabajo pero sin oficio, mucho menos con beneficio. Un pobre miserable que hace bromas en bodas de otros para llamar la atención de las chicas más apocopadas. Un adolescente escondido en un cuerpo de hombretón que colecciona muñecos y pósters de series y películas de los 80. Eso hasta que decide coger el toro por los cuernos, aunque su atrevimiento sea más bien un acto de puro egoísmo y pese a que su cambio obedezca a la estrategia de un pobre diablo que se agarra a un clavo ardiendo. Quiere casarse con Miranda, una chica desequilibrada y enferma que sigue enamorada de su amanerado ex novio. Un cuento del hijo descarriado en una Norteamérica obsesionada con el éxito y las apariencias que abre el cine de Solondz a la esperanza: Abe puede a pesar de todo imponerse y triunfar.

Con todo, Abe va diluyéndose y Solondz vuelve a filmarnos una bajada a los infiernos, en este caso con una media hora final singular, lo más onírico que ha rodado nunca. La lástima es que la película carece del humor negro de entonces, de la belleza negra de las antiguas obras de su autor. Todo negro. Dark Horse deja el cine de Solondz en cueros, y de ella sólo obtenemos la exageración por la exageración, un festival de distorsiones, un conjunto de ridículos que aspiran a ser metáforas y que no tienen significado. La impronta de Solondz sigue presente, pero no fluye, no divierte, no conmueve, no escandaliza. Al final el único negro es el color del luto, el ostracismo donde debería permanecer para siempre la peor creación de Solondz. Abe no triunfa y su obra tampoco: no por casualidad es la única cinta de Solondz que no se ha estrenado entre nosotros. Muchísimo mejor volver a Happiness o Palíndromos, las mejores carreras de caballos del universo Solondz.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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