Una pistola en manos del diablo

Apañado western europeo, auténtico "spaguetti" pues es producción cien por cien italiana, que se puede ver sin el menor problema pues tiene una narración clara, la historia toca el género de la intriga detectivesca incluso y no aburre.
Sólo tiene la pega de la "batalla" final, donde, de nuevo y me es muy molesto de ver pero era marca del simpático (sub) género, el héroe no falla ni un tiro y sin embargo a él por muchos disparos que reciba no le pegan ni uno.
Dejando este molesto asunto, el empaque técnico es bueno, con bonita fotografía a toda pantalla a cargo de Alvaro Lanzoni, pegadiza (y algo repetitiva) melodía de Piero Piccioni y funcional interpretación de un entonado Robert Woods.
Es mediocre en líneas generales pero es lo suficientemente amena como para verla sin disgusto.

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Western italiano en la época de las patillas y de las melenas.
Historia de venganzas con cierta intriga policial en relación a un par de gemelos pero que se aclara a las primeras de cambio. Se trata entonces de imponer justicia.
Para eso está Roy Koster (Woods) que reparte sus silencios como reparte las balas sin fallar una. Al otro lado un medio chino malísimo, Warner (Wang), y el enigmático McCorney (Berger) que debe llevar bien el negocio de la cantina pero que con la pistola en la mano más que un diablo es Rompetechos el de los tebeos.
Los secundarios penosos todos. El análisis de las personalidades brilla por su ausencia.
Otra de pistolero justiciero que liga a bofetadas con la moza de turno y se queda tan tranquilo.
Lo mejor las caídas desde lo alto de los malos en los tiroteos.
Regulareja.