Solo el valiente

Es el segundo western de Gregory Peck, el primero fue un año antes, "El pistolero", un western psicológico. Los dos comparten mucho, y es esa trama donde el protagonista está inseguro ante los personajes que le rodean, escenas de cine negro y humor, con un Ward Bond siempre con su presencia agradable, el resto del reparto son actores que intervinieron mucho en el género como es el caso de Jeff Corey, Lon Chaney Jr., Neville Brand...

Gordon Douglas pertenece más al cine de serie B, hizo bastantes westerns, Chuka y este son los más conocidos, aunque en la mitad de su carrera trabajó mucho con Frank Sinatra. En el caso de esta, tiene un guión convincente, una ambientación negra y unas interpretaciones correctas, me parece muy respetable, si no me equivoco Peck dijo que era una de sus películas menos preferidas.

Agradable sorpresa la que me he llevado con esta película, no entiendo porque razón es tan poco conocida y desde luego infravalorada. Gregory Peck en un papel que le va perfecto, unos malos que resultan no ser tan malos, indios, fuertes, caballería, tiros, flechas, whisky, dinamita, amor, rencores y odios. En fin, lo tiene todo, es bastante entretenida y desde luego merece un mayor reconocimiento.

Mi opinión sobre la cinta, la primera vez que la vi, ya hace muchos años, fue esta:

Excelente western, uno de los que más me han gustado desde siempre. Esto es así por su empleo de la violencia, seco, descarnado, sus impagables diálogos y la brillante puesta en escena donde los personajes quedan admirablemente expuestos.
Un western de serie B en cuanto a presupuesto, pero magnífico en cuanto a calidad.

Vista por segunda vez, en octubre de 2016 no la veo tan buena y tan estimable (incluso claramente por debajo de varias del gran Douglas) como en me pareció en su primera visión, aunque sigue pareciéndome entretenida y va de menos a más, pero se ve en muchas veces el artificio, no en vano el 90% de la cinta está rodada en estudios (el resto está filmada en Gallup, New Mexico, USA) lo que resta espectacularidad y realismo.
Pero bueno, sigue siendo vistosa y es un placer ver en pantalla a estimables intérpretes, algunos de ellos que siempre fueron de los antiguamente mal llamados "secundarios", como el gran Neville Brand, Jeff Corey, Warner Anderson...

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En el extraño Fort Invincible, en lo más profundo de Nuevo México próximo ya a los asentamientos apaches, se plantea, se cuestiona, la obediencia debida al mando por parte de los soldados. Con un coronel jefe enfermo en la cama, con la mesita llena de medicinas pero fumando como una chimenea (al final padecerá un par de hemorragias cerebrales que obligarán a retirarlo). Con la hija de un oficial, Cathy Eversham (Payton) en un papel meramente decorativo, cuyos favores se disputan el inflexible capitán Richard Lance (Peck) y el popular teniente Holloway (Young) en un más que irregular triángulo amoroso.
Pero el planteamiento es lo de menos, lo verdaderamente sustantivo de la cinta tiene que ver con el cumplimiento de las órdenes en los acuartelamientos de frontera, donde impera una disciplina relajada cuando no inexistente, "Las órdenes están para no cumplirlas". En este contexto hay que efectuar el peligroso traslado de un aguerrido jefe indio, Tucsos (Ansara), cuando la tropa propone matarlo directamente para evitar riesgos, "No se cambia una orden a menos que se ponga mucho empeño en el cambio".
Ver spoiler.
Para frenar el avance de los indios un variopinto grupo de soldados se encierra en las ruinas de un fuerte abandonado. Constituyen una especie de "Doce del patíbulo", mucho más interesado en la muerte de su capitán que en la de los indios.
Es en la tensa espera con los indios al acecho cuando tiene lugar lo mejor de la cinta, los diálogos cortantes, los desprecios, las acusaciones, el repaso a las cuentas pendientes. Todo cara a cara, sin que valgan gran cosa entonces los galones. Es en esos momentos de drama y de angustia cuando va a salir de cada uno lo mejor y lo peor. Será el propio instinto de supervivencia (y el ejemplo del mando), el que finalmente conseguirá aglutinar las voluntades y canalizarlas restableciendo por fin el orden y la disciplina.
Aunque flojea el guion con algunas situaciones bastante inverosímiles, la película es un muestrario de personalidades fuertes y poderosas, bien desarrolladas y bien trazadas. Una obra de actores, de buenos actores. No hay apenas paisajes, ni cabalgadas, los indios como telón de fondo, una trama amorosa pueril, pero ahí están los personajes llenando por completo la pantalla.
Una buena película, si señor.

Ya había visto esta película pero no la recordaba y lo cierto es que he pasado un buen rato viéndola.
No es ningún hallazgo ni ofrece nada de gran interés pero la cinta contiene los suficientes elementos para asegurar el entretenimiento por un argumento, siempre atractivo, que se ve reforzado por un reparto carismático que le confiere prestancia y solidez.
Peck no parece ser muy popular en ese fuerte. Sus subalternos le tienen mucho paquete, en lo que yo creo que es más por envidia que otra cosa porque menuda panda de soldados se encuentra allí. Lo mejorcito de cada casa vamos. Sinceramente, si eso es lo que el ejército puede aportar no se comprende cómo conquistaron los territorios porque eso más que un ejército parece un contenedor de despojos humanos.
Incluso la novia le da puerta la muy..., convencida de que Peck ha barrido a su rival aposta por haberles sorprendido dándose el lote.
Pero Peck, además de un caballero, siempre ha sido un poco masoca. Y no dice nada en su defensa, sólo se limita a cumplir las órdenes de su coronel que lo envía en una expedición a proteger un fuerte diezmado, que se encuentra amenazado por todo un ejército de apaches, a esperar la llegada de refuerzos que no se esperan que lleguen hasta antes de una semana. Y tan sólo contará con seis o siete hombres para defenderlo.
A ver seamos sensatos. Si ustedes estuvieran en su lugar escogerían a los mejores y más diestros ¿no?. A los siete magníficos o algo así ¿verdad?.
Pues Peck no. Caballero masoquista hasta el final, Peck escoge a todos los deshechos; un borracho, un psicópata, un cobarde, un desertor, un resentido..., que, además, le odian hasta la médula, lo que viene a significar que los indios serán el menor de sus problemas y que nos hace sospechar que, la misión, ya de por sí suicida, adquiere tintes de vicio porque, de primeras, no le encuentras otra explicación.
!Tranquilooos!. Que Peck no está chaveta y más tarde comprenderemos el por qué de su decisión, menos mal, porque yo ya estaba pensando que a mi querido y sensato Peck se le había ido la pinza y que el portazo de la rubia le había molestado un poquito más de lo normal.
Como ven aquí tenemos una especie de antecedente de "Doce del patíbulo" versión western, a lo que hay que añadir los actores elegidos para encarnar a esos personajes que, si miran la ficha, encontrarán irreprochable y que serán los que nos prometan los conflictos que aderecen la historia, junto con las escenas de acción con los indios en ese insólito desfiladero, que no cuentan con grandes medios pero lo compensan al presentarlas con solidez, cierta cruda violencia y buen ritmo y que, junto con la historia, conseguirán que pasemos un momento muy divertido. No está sólo el valiente.