Una vez a la semana

Sí, en efecto, resulta del todo inevitable, mientras se visualiza este film, el recordar "Confidencias a Medianoche" anterior en 3 años en su fecha de producción.

Tiene el mismo corte de comedia, con otra pareja (Rock Hudson/ Doris Day en aquella) pero compartiendo situación ( el engaño inicial (aquí por parte de ella) que genera posicionamientos y enredos donde todos se ven involucrados hasta el boom final donde queda el lío aclarado), e incluso participa un coprotagonista común (Tony Randall) que está pintiparado para ese tipo de papel.

Todo tocado de un estilo que hoy vemos muy años 60, lo cual no es de extrañar si esa fue su decada de producción.
Ligera, desenfadada, con toque cómicos y, vista desde hoy en día, ligeramente ingenua.

Ya no abundan los buenazos así… ¡pero que los hay, los hay! Fred Williams, George Drayton, Doug Jackson y Howie McIllenny, son cuatro empleados que han comenzado a sentir que la rutina empaña sus salidas semanales… ¡y entonces se les ocurre la gran idea: un apartamento que pagarán entre los cuatro y una linda chica rubia… a la que cada uno visitará una vez a la semana! El Hado entra en el juego, pues, en un santiamén lo anhelado se les da por puro milagro, con tal suerte que, la chica, además de adorablemente rubia, es también una buenaza con magníficas intenciones.

Y comienza así, una exquisita comedia de enredos que, entre otras cosas va a demostrar que: Lo que se reprime en la casa, en la calle se libera; las apariencias engañan… y a veces más de lo que uno cree; el hombre propone y la mujer dispone; y no permitas que tu jefe se cruce contigo… sobre todo cuando sepas que, es él, el que está haciendo algo indebido.

Como en “Pillow talk”, la deliciosa comedia que protagonizaran Rock Hudson y Doris Day, el director Michael Gordon, vuelve a demostrar su exquisito buen gusto para la puesta en escena; su talento para recrear personajes adorables cuyo corazón se impone a las más necias pretensiones; y su capacidad para dirigir actores, logrando un conjunto perfecto donde, hasta el médico y el detective, resultan inolvidables.

Y después, digan si no queda perfectamente expuesto el tema central que se propone demostrar, la bella estudiante de sociología. El humor del filme es radiante, pulcro, refrescante y, sobre todo, bien acorde con esa suerte de relaciones que dan sentido y un dulce gusto a la vida. En los diálogos, hay muy certeros apuntes acerca de ‘la conducta amorosa del varón suburbano’… y también sobre el casi siempre presente personaje del vecindario, cuyo aliciente en la vida es estar pendiente de la vida de los demás. Y no sé si habrán notado que, quienes lo(a) tienen, lo sufren, pero quienes le observamos, lo encontramos sumamente divertido.

Kim Novak, llenando como siempre la pantalla con su divino rostro, su fascinante mirada y otras exquisiteces. James Garner, Tony Randall, Douglas Morris y Howard Duff, cada uno en lo suyo con una gracia inobjetable y logrando que empaticemos con ellos sin reticencia alguna. Janet Blair, Patti Page, Anne Jeffreys y Jessie Royce Landis, las esposas y la madre que… muchos desearían; y Fred Clark y Oscar Homolka, la suerte de detective y de médico que ponen encanto a sus profesiones.

Con todo lo expuesto, “UNA VEZ A LA SEMANA”, se merece el más alto reconocimiento… y apenas estuvo nominada a los Globos de Oro por mejor película. Los amigos de los premios Oscar no sé cuando van a entender que, el buen humor es el arte de la vida.

Cuatro amigos viajan juntos en tren al trabajo desde siempre; ese rollito que se traen entre ellos me ha dado envidia, envidia sana. Ahí está el primer logro de esta divertida comedia romántica, lo bien que está conseguido la interactuación entre ellos con sus personalidades dispares, lo bien que está también sus respectivos ambientes familiares, incluyendo a los niños que esta vez sí que parecen niños y no pitagorines; luego los mosqueos y rabietas que surgen, contestaciones irónicas y, en definitiva, el buen humor. ¡Cómo me hubiera gustado formar parte de ese grupo!, no por los planes que quieren acometer, tan sólo por eso, por participar en esos planes llevados de forma tan reservada, planes arteros y muy calculados, y también muy peligrosos si son descubiertos por las respectivas.
Vas a disfrutar viendo a Tony Randall que entre esas tres memorables comedias acompañando a Rock Hudson y Doris Day, se encarga aquí de tomar el mando de otro entuerto de esos que tan bien se les da a los americanos organizar. Y todo por conseguir esa doble vida que parece que les sacará del tedio diario y que debía ser como un deber conseguir si uno quería tener cierto prestigio en el ámbito masculino.
Kim Novak después de sus apariciones en el cine negro, se consolida ya como una estupenda actriz para las comedias sentimentales, guapa y simpática, y James Garner, con ella, forman una pareja que funciona a la mil maravillas.
Veremos también a William Bendix de camarero, el compañero de fatigas de Alan Ladd en otras tantas películas de cine negro, y en concreto, un enredo de esos que en la vida real no cuajaría de ningún modo. Un estudio sociológico sobre el comportamiento infantil de algunos hombres, lo asegura. El amor es algo muy bonito, pero la amistad es igual de importante.