Haz click aquí para copiar la URL

Hombres en domingo

Drama. Romance. Documental Una mezcla de ficción y documental que retrata a los berlineses de 1930 durante un domingo. Obtuvo muy buenas críticas y dio la oportunidad a sus creadores (Siodmak, Ulmer, Wilder, Zinnemann) de dar el salto al cine de ficción. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
27 de julio de 2013
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante filme que mezcla lo documental con lo ficticio, su relevancia se hace patente desde variados puntos de vista.

Efectivamente, viene a ser como la cara b del célebre documental experimental de Rutmann, "Berlín, sinfonía de una gran ciudad", paradigma de todo un género que haría de la observación de los ritmos urbanos, de su captación futurista, su razón de ser. En este caso las imágenes tienen menos ambición formal, menos obsesión por los aspectos materiales inherentes a lo urbano, y se centran en la observación de las personas disfrutando de su ocio, escogiendo para ello a unos personajes corrientes -no profesionales- cuyas relaciones tienen cierto aire romántico, no por ello desprovisto de cierto humor mordaz (señal de que Wilder rondaba por ahí). Viéndola, la película me ha recordado a otras dos posteriores y sin duda muy diferentes, pero que opino se han visto influidas por esta; me refiero, en primer lugar, a "Una partida de campo", de Renoir (aunque se trate de la adaptación de un escrito de Maupassant, resulta muy similar el modo en que Renoir enmarca y desarrolla los sentimientos de los personajes en el ambiente dominical y campestre). Muchos años después (1953), y en un contexto totalmente diferente, encontramos "El pequeño fugitivo" de Morris Engel, una de las primeras películas del cine independiente norteamericano, y que al igual que la cinta que nos ocupa, utiliza un personaje y argumento mínimos para mostrar, con afán documental, la vida ociosa de la clase media estadounidense.

Otro modo de acercarse al filme es a través de sus variados e importantes creadores, que en el momento en que la realizaron eran muy poco conocidos; al parecer la idea partió de Curt Siodmak, y Wilder se encargó de guionizarla (escribiendo el guión en servilletas de papel en el Café Romanisches de Berlín), mientras que Robert Siodmak y Edgar Ulmer dirigían, y Schüfftan se ocupaba de la fotografía, asistido por un no acreditado Fred Zinnemann. Siempre se ha discutido quién realizó realmente el filme, pero ello no me parece importante y prefiero quedarme con el testimonio de Wilder, según el cual todos hacían de todo, con poquísimo dinero y una sola cámara que tuvieron que pedir prestada, animados por cierto espíritu de amor al arte. Dado que los otros nombres mencionados son sobradamente conocidos -y sus obras aún más-, me referiré únicamente a Schüfftan para recomendar a los aficionados el visionado de sus películas, todas ellas soberbiamente fotografiadas (citemos, por ejemplo, "Le Quai des Brumes" de Carné, "Barba Azul" y "Extraña Ilusión" ambas de Ulmer, "Ojos sin rostro" de Franju o "El Buscavidas" de Rossen, por el que ganó un Oscar).

Otra vía de reflexión interesante es la que plantean mis predecesores, fijándose en el contraste que supone esta visión serena y despreocupada de las clases trabajadoras alemanas, con los acontecimientos terribles que sucederían pocos años después. En mi opinión, y como bien sugiere uno de los citados predecesores, nada de lo que vemos en esta película hace presagiar lo que ocurriría, pero eso da pie a una reflexión más terrible, pues podemos dar en pensar que muchos de esos personajes felices, despreocupados y ociosos que nos muestra la película acabaron votando por Hitler; y es que lo terrible del mal, lo que lo hace auténticamente pavoroso, es que puede surgir en cualquier momento, en cualquier ambiente.

En todo caso, creo que tales reflexiones nos llevan un poco lejos del asunto central en el filme, que es ese afán por mostrar el ocio dominical de la gente corriente, de esa gente siempre sometida al trabajo y sus rutinas y para la cual el domingo es la vida, y nada más.
Quatermain80
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de mayo de 2012
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién podía presagiar que, la gran calma que se vivía en la Alemania de los años 1930, tenía los días contados?, ¿Cómo permitir que por la mente de alguien pasase el menor pensamiento turbio, cuando los cuatro millones de habitantes que había en la Berlín de entonces, estaban consagrados al trabajo en su gran mayoría y solo anhelaban la llegada de los domingos para poder recrearse en familia o con los amigos?, ¿Quién, viendo el sosiego en las calles y la paz en que vivían tantísimos ciudadanos, podía apostar que, pronto, desde la misma Alemania se abrirían las puertas del infierno para azorar a la nación entera y expandir el horror al resto del mundo?

<<HOMBRES EN DOMINGO>>, es de esa suerte de películas cuyo gran mérito se asienta en el presagio. Puede ocurrir que la idea ni siquiera haya pasado por la mente de sus realizadores, pero de repente, el filme se convierte en un nostálgico y especial último registro de una paz a solo tres años de comenzar a cubrirse de nubes grises y los más atroces cambios políticos. Por ésto, imagino que los alemanes -y seguramente muchos ciudadanos de otros países que se vieron alterados por la guerra- en los años 30, 40 y 50, al ver este sencillo, pero, fiel registro documental, lloraban de tristeza al recordar aquella paz que hasta hace poco tenían, convertida ahora en desolación, en miedo y en tristeza.

Éste filme, significó el debut en la realización de, Robert Siodmak, un hombre que, muy pronto, haría historia con una larga lista de filmes hechos en Alemania, Francia y los Estados Unidos de Norteamérica. No obstante haber sido rodado, en 1930, fue, éste, su único filme mudo y, Edgar G. Ulmer, le sirvió como co-realizador... y aquí surge el segundo motivo que convierte a, ésta mezcla de documental y ficción, en un producto con historia:

Se parte de un reportaje de, Kurt (Curt en América) Siodmak, hermano menor del director, quien también tendría un significativo lugar en Hollywood. Se incluye una aventura entre dos parejas, como paliativo para la rutina reflejada en lo documental… y ésto fue escrito por nada menos que, ¡Billy Wilder!... y el asistente de fotografía –sin que hubiera merecido crédito- fue, ¡Fred Zinneman!, nombres todos que dejarían una enorme huella y que aquí aparecían todavía como novatos.

A, Robert Siodmak, éste documental le vale de inmediato un contrato en el noticiero semanal de la UFA, y en pocos años, la crítica captaría la asociación, Alemania en paz - Alemania en el infierno, y el filme adquiere, entonces, su gran valor histórico y sociológico... y así, a Siodmak se le abren las puertas de la gran industria.

Lo que es para ti, vendrá de cualquier manera.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
24 de agosto de 2011
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
1927: Una gran película documental, "Berlín, sinfonía de una ciudad", la vida de la ciudad durante 24 horas de un día laborable. 1930: Otra gran película documental, "Los hombres del domingo", la vida de la ciudad durante un día festivo. 1933: Hitler canciller, empieza el apocalipsis. 1945: Hecatombe final. Sabiendo esto ¿queréis rastrear en las películas citadas el menor indicio de lo que sabemos que se avecinaba?
dondiegodenoche
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
28 de marzo de 2021
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomándote un café. Jugando a las cartas. Almorzando en el campo. Bañándote en el río o, simplemente, disfrutando de la última película de Ava Gardner. Pero siempre en compañía de amigos. Los hombres del domingo es una bellísima oda a la amistad que huele inevitablemente a nostalgia para el espectador contemporáneo por el dramático contexto socio-político que amenazaba la paz, la vida y los domingos de los cuatro millones de berlineses que, con pasmosa naturalidad, captaron los vigorosos ojos de un puñado de amantes del cine. Los hermanos Siodmak, Edgar G. Ulmer y Fred Zinnemann, bajo las bonitas líneas de Billy Wilder y la radiante fotografía de Eugen Schüfftan construyen este impactante ecosistema de la Alemania nazi en el que la realidad se entremezcla con la ficción para brindar al espectador la rutina de un pueblo obrero que esperaba, ansioso, esos fugaces días de domingo donde el ocio era la mismísima definición de la vida.

Siguiendo a un grupo de amigos por el Berlín de los años 30, el grupo de amigos en la dirección nos embelesan con la festiva representación romántica del ritmo de vida de la ciudadanía alemana ignorante de las nubes borrascosas que se extenderían, casi inmediatamente, desde sus cielos hacia el resto de Europa. La efímera felicidad consagrada en un beso, en una caricia, en un cigarrillo compartido, en una tarde con los amigos, en un domingo que se escapa entre amores, compañías y diversión que solo volverá tras seis días de trabajo. ¿Y qué se puede hacer, sino disfrutar del momento? Porque, ¿quién sabe si volverá? Los directores nos hipnotizan con la auténtica esencia del ‘carpe diem’ mientras observamos la despreocupada y ociosa vida de unos muchachos que podrían ser nosotros, y que tan bien se acopla a los tiempos de pandemia desde los que miramos aquellas tardes en compañía de los nuestros.

Este filme silente de corte experimental está dividido en dos actos bien diferenciados. El sábado y el domingo. En el sábado, los directores nos deleitan con una concatenación de bellísimas imágenes del Berlín de la época mientras se nos introduce, como si fueran sujetos escogidos al azar, a los dos hombres que dan nombre a la felicidad dominical germana: Erwin Splettstößer y Wolfgang von Waltershausen, actores no profesionales haciendo, básicamente, de ellos mismos. En su azaroso seguimiento la brillante fotografía de Schüfftan, que 31 años más tarde oscurecería para llevarse el Óscar con El buscavidas (Robert Rossen), nos muestra la industrialización obrera de la capital alemana donde cada esquina, cada calle, cada plazoleta tiene una historia esperando ser vista. La de un hombre admirando una mayestática estatua, la de unos niños jugando y riendo, la de un abuelo paseando a sus nietos… Las grandes panorámicas, posiblemente pertenecientes a Zinnemann, se detienen en esos momentos bajo el pretexto de una poesía tan mundana como hermosa con el fin de que admiremos el sentimiento de imperturbable paz en el que se regocijan nuestros protagonistas, preparándonos para el domingo.

En su segunda parte, el argumento toma forma. Bajo una fina capa melodramática tintada de humor socarrón (obvio si es Wilder el encargado del guion) se nos traslada a un lugar más tranquilo donde profundizar en la ventura de los personajes. A la orilla de un río, donde la naturaleza adopta el ocio de la capital en un retal de descanso bucólico, donde el ‘carpe diem’ encuentra en el ‘locus amoenus’ el lugar idílico para desarrollarse, ahí es donde se asientan unos personajes al servicio del sentimiento y rutina de una nación y donde, por azares de la vida, nos sentamos nosotros para disfrutar de sus compañías. Un lugar de ensueño en el que la música pareciera tocada por una banda de ángeles. Un lugar que de verdad merece la pena visitar en comparsa de sus cuatro moradores. Un descanso que no te puedes perder.
Tiggy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de mayo de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un bullicioso y despreocupado Berlin sirve como objeto de atención a una cámara curiosa que sabe explotar los recursos fílmicos de los primeros planos, de las anécdotas leves y de un sucinto sentido del humor.
Comparte voluntad de contar una historia y criterio documental pero su narrativa resulta parsimoniosa y su sentido del ritmo peca de lentitud por lo que su eficacia es dudosa.

Película de escaso interés intrínseco a la que se le puede asociar valores ajenos a su contenido cinematográfico.
En ese sentido cabe destacar que en sus títulos de crédito se menciona a los hermanos R. y C. Siodmak, a E.G. Ulmer y a F. Zinnemann como directores y a B. Wilder así como a ambos Siodmak como guionistas.
ABSENTA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow