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Encarnação do Demônio

Terror Mojica Marins, que escandalizó la vida social brasileña desde su transfiguración en Zé do Caixão, vuelve 40 años después. Su personaje, un sádico enterrador de barba poblada, mirada demoníaca y larguísimas uñas, dejó inconclusa una trilogía del espanto que comenzó en 1964 con À Meia-Noite Levarei Sua Alma y que ahora viene a cerrarse con una moderna reactualización del mito. Zé do Caixão ha vuelto decidido a perpetuar su sangre en la ... [+]
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
2 de diciembre de 2010
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Brasil nos llega esta aberrante cinta donde su director, Jose Mojica Marins retoma una saga que empezó décadas atrás con “Esta noite encarnarei no teu cadáver” y “A meia noite levarei sua alma”…

..En ella retoma 40 años después el terrorífico personaje de Zé do Caixao, un barbudo enterrador de larguísimas uñas, un sádico. Lo reinventa y lo trae a las calles de Sao Paulo, donde intentará sembrar su reino de horror y, sobre todas las cosas, perpetuar su estirpe.

La película se apoya sobre todo en lo visual, en una oscurísima fotografía, en unos bizarros efectos especiales, maquillaje y peluquería… y los utiliza para arrastrar al espectador en una espiral de sinsentidos y surrealismos que a más de uno ha llevado a comparar el cine de este autor con el de Alejandro Jodorowsky (aunque bastante menos inspirado y de lecturas más dudosas, diría yo).

El aspecto de serie Z en muchos de sus aspectos técnicos, las pobres interpretaciones y lo caricaturesco de muchas situaciones y personajes nos mantiene en la duda de si nos encontramos ante una película seria, de pretensiones pseudo filosóficas, o ante un simple divertimento…

Igualmente desconocemos si la voluntad del director es hacer un homenaje a sus lejanos en el tiempo éxitos o si pretende parodiarlos, parodiarse a sí mismo y buscar la risa cómplice del espectador…(cosa que en mi caso no consiguió, más bien me robó algún bostezo y mil miradas al reloj). Demasiadas dudas para buen resultado.

Si Dario Argento con su “Mother of Tears” cerraba trilogía de sus lejanas películas, y Jose Mojica Marins con esta que nos ocupa, lo mismo… ambos a medio camino entre el homenaje, la parodia y el guiño al espectador… mil veces me quedo con el primero.

En conclusión, una película bizarra, demasiado bizarra a la que no es fácil sacarle ni el chiste, que consigue aburrir y hace divagar la mente del espectador lejos de la pantalla. Sin duda, abstenerse.
Enoch
RavenHeart
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22 de febrero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pido "perdón" de antemano por el tocho, pero para hablar de esta película tengo que hablar un poco antes de su director, José Mojica Marins, y de su alter ego, Zé do Caixao.
Hace unos meses que me enteré de la muerte de José Mojica Marins, y a raíz de esa noticia supe de la existencia de esta película y no paré hasta hacerme con ella y verla.

El amigo Mojica Marins, no muy conocido fuera de Brasil, era un personaje pintoresco, director autodidacta, artesano de la serie B, pionero del cine de terror latinoamericano, y creador de un personaje, Zé do Caixao, que llegó a gozar de una inaudita popularidad en el Brasil de los 60 y cuyas aventuras influyeron en el cine de gente como Wes Craven por poner un ejemplo conocido. El susodicho Zé do Caixao, interpretado por el propio Mojica, era un enterrador sádico, filósofo y anticlerical, vestido como una especie de mago decimonónico y caracterizado con unas uñas larguísimas, dispuesto a lo que fuera por engendrar un hijo que fuese "la continuidad de su sangre".
Cuando el grueso del cine de terror de los países "desarrollados" seguía tirando de Dráculas de cartón piedra, Mojica Marins se adelantaba a su época gracias a un personaje que se burlaba explícitamente de la religión, cometía actos de una violencia inusitada, era atormentado por los remordimientos, e incluso se introducía en los sueños de sus "víctimas". La censura de la dictadura brasileña le castigó por ello, recortando escenas, imponiendo cambios en el final de algunas de sus películas para darles un tono menos antirreligioso y más "edificante", o prohibiendo directamente la exhibición de otras.

40 años después, Mojica/Zé do Caixao tuvo ocasión de tomarse la revancha con esta película, la primera de la "saga" rodada enteramente en color, con un presupuesto medianamente decente y sin la amenaza de la censura. En ella el inefable Zé sale de la cárcel tras 40 años y decide seguir con su búsqueda de una mujer con la que engendrar un hijo que continúe con su estirpe. Policías corruptos y un cura fanático tratarán de darle caza mientras en pantalla se suceden los monólogos filosóficos, las escenas oníricas, el sexo estrafalario y las escenas de torturas surrealistas y medianamente sangrientas, adobadas con el humor negrísimo y las burlas a la religión marca de la casa y con algo de crítica social. No faltan tampoco referencias a las antiguas andanzas de Zé do Caixao, en las que Mojica se desquita mostrando escenas que en su día no le dejaron grabar.

Naturalmente, no se trata de una superproducción, ni de una película de terror "convencional": las interpretaciones son muy teatrales, hay escenas de aspecto un tanto circense, y la narración de la historia no siempre es del todo coherente, pero la atmósfera macabra, el corrosivo humor negro, y la presencia de escenas imaginativas, peculiares y visualmente potentes compensan de sobra los defectos que pueda tener este filme. Un filme que, al menos en parte, saldó la deuda que el cine tenía con un creador tan peculiar como José Mojica Marins.
Y con el cabrón de Zé do Caixao, también.
elviajero
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15 de marzo de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años 60, José Mojica Marins creó a un personaje llamado “Zé do Caixão“ que protagonizaría 2 películas, ahora clásicos del cine de terror brasileño, pero dejó la saga inconclusa. 40 años después, que se dice pronto, se puso manos a la obra para traernos la tercera y última parte de esta trilogía, que además es secuela “directa“ (con el personaje saliendo de prisión 40 años después y volviendo a las suyas).

Hay que decir que la película empieza algo regulera, y que los monólogos siniestros del protagonista no causan la misma sensación en una peli en blanco y negro de los 60, que en una a color de 2008, pero hay que reconocer que poco a poco la película va cogiendo fuerza, y acaba impresionando.

En esta ocasión Zé do Caixão lleva las cosas a otro nivel, y hay tal cantidad de torturas, sangre, gore y muertes en la película, aparte de un gran número de desnudos, que se hace enormemente disfrutable para los amantes del género.

Personalmente, la que más me ha gustado de las 3, y una forma de terminar su trilogía muy muy digna, sí señor.
TANOMUERTO
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