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El corazón lleva una máscara

Drama. Intriga Reinhardt vuelve a Nueva Orleáns con la esperanza de recuperar la suerte perdida. Pasado un tiempo, se entera de que una emisora local busca un presentador dinámico que consiga hacer llegar a la audiencia el mensaje radical e intolerante de sus responsables. En ese momento entra en su vida Geraldine, una mujer con una cicatriz en el rostro, pero dotada de grandes cualidades humanas. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
12 de febrero de 2012
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película cuando se estrenó en su día fue un fracaso de crítica y público. El motivo quizá, porque en la película se describe a una parte de América como a unos racistas empedernidos, sin cultura y que llevan en su mente lo de que todo vale por la patria, lo que la convirtió en una película incómoda.

Esa grotesca parte de la América profunda es la que se describe aquí, que hoy en día sigue vigente.

En cuanto a los intérpretes todos correctos tanto Newman como Perkins y sobresale especialmente Joanne Woodward que le gana la partida interpretativa a su marido.
bruce_waynes
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15 de enero de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rheindhart [Paul Newman], sin empleo ni techo donde guarecerse, con un perchero a la espalada visita un bar y allí encuentra a una perdida Geraldine [Joanne Woodward] de la que todos abusan y maltratan. Su problema es la bebida. Se hacen pareja temporal y se alojan en una pensión de mala muerte, donde conocerán a otros clientes, entre ellos a un joven [Anthony Perkins] inspector de la seguridad social y obsesionado contra los conservadores que quieren quitar las ayudas sociales. Rheindhart logra colocarse en una emisora de la ultra derecha por su facilidad de palabra y convencimiento en las ondas de WUSA, una emisora de radio de Nueva Orleans. Pronto ve la oportunidad de utilizar este medio de comunicación como vehículo para criticar la política y la sociedad, de lo que sus promotores están muy contentos. El único problema de por medio es que Perkins está dispuesto a eliminar a todos los ultras y la cosa va a terminar a tiro limpio.

Un thriller político en relación con la manipulación a través de los medios de comunicación y la diatriba sobre las ayudas sociales. El director toca de lleno, manifestado en los tres principales personajes, el problema de la dependencia de las personas débiles sociales y el de los perdedores, obligados a apuntarse a un bombardeo sin importarle las ideas que defiendan los empresarios en cuyos negocios se colocan. Solo importa sobrevivir al momento hasta que las cosas empeoren y entonces se vuelve a coger el perchero con el traje para las entrevistas de trabajo.
montipito
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25 de septiembre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Newman quedó muy satisfecho con el papel que hizo en esta película, un proyecto del que estaba muy convencido con un estilo que de acuerdo que para muchos no convencerá, porque el tema es farragoso, pero para otros puede seducir y mucho. No es un thriller intrigante de acción, es un episodio concreto y de un sector específico de la sociedad americana, en ese periodo entre épocas que marcó la guerra de Vietnam. La sociedad vivía en confusión al tiempo que nacían protestas y los negros exigían derechos, una reacción que provocaba otra contraria y uno de estos grupos que preferían que los negros no acumularan más derechos, actuaba mediante las ondas radiofónicas en la cadena WUSA. Hasta allí llega Newman, un superviviente de esta sociedad a salto de mata buscándose la vida. Y el estilo de la presentación social a su llegada es auténtica. Perfectamente expuesto ese vivir al día sin pensar en el mañana, adaptándose a lo que haya. Se nos expone la vida social del escalón inmediatamente superior al de la pobreza marginal, trabajadores que soportan, sin duda, abusos de continuo, otros que viven con un buen puesto pero que saben que mañana igual ya no lo tienen, y negros que saben lo que pasa, lo que se cuece contra ellos, y otros, como el fotógrafo, escandalizado porque está en medio del meollo y no sabe lo que pasa, es por la gran mentira que está siempre presente en la política. Newman, ni entra ni sale, es un superviviente, sólo busca salir adelante, dame pan y bailaré a tu son, me da igual, y apoyaré tu programa, pero que conste que no me engañas.

Opinaré que esas viviendas en donde aquella especie de generación de hippies, es un éxito verlos con Paul Newman, saludarse, presentarse, y quejarse de todo, echarse reproches, duros, ciertos, son el marco perfecto para definir aquella época convulsa, violenta, bajo el yugo de la droga y la marginación, gente que no ha entrado en el juego. Newman, ha preferido entrar, ser un superviviente, acompañar en las fiestas a los jefes y en esos mitines políticos sinfónicos, ruidosos, con alegre desfile de majorets y llenos de banderines, pero por supuesto que no está de acuerdo con nada, ni con nadie. Sólo que hay alguna cosa que sí acepta y, en el fondo, desea: una mujer que le quiera. Y de eso va esta excelente exposición social.
floïd blue
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2 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película estadounidense estrenada en 1970. La acción se situa en la ciudad sureña de Nueva Orleans.
Un locutor de radio de mediana edad, alcohólico, sin trabajo y sin recursos económicos encuentra un empleo en una emisora local de marcada ideología ultraderechista. Aunque él no es un extremista, no tiene inconveniente en prestarse a hacer lo que sus jefes le piden y lanzar al aire, a través de las hondas, mensajes supuestamente patrióticos y de claro contenido ultraliberal.
Descreído, alcoholizado, cínico y (en apariencia) de vuelta de todo (nítido representante del momento y la sociedad en la que le ha tocado vivir), el encuentro con una mujer vapuleada por la vida, que se convierte en su amante, así como con un joven idealista, hará que su vida de un giro.

Película curiosa y poco conocida que algún día podrá considerarse util para valorar la mentalidad de la época, la de la agitada América de finales de los sesenta, con el trasfondo de la guerra de Vietnam, la lucha por los Derechos Civiles, el enfrentamiento (solapado) entre partidarios y detractores del Estado de Bienestar, etc. etc.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Syndera
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14 de junio de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película curiosa pero poco lograda, puesto que no logra enlazar o integrar de forma óptima los interesantes elementos que intenta combinar, como son la historia de amor entre dos perfectos desconocidos, interpretados por Paul Newman y Joanne Woodward, la ciudad de Nueva Orleans y la pobreza en la que vivía buena parte de su población negra, el mundo de la radio, y una trama política e ideológica en la que tenemos por un lado a un extraño asistente social interpretado por Anthony Perkins y, por el otro, al jefe de la cadena de radio en la que trabaja Newman, un líder de la ultraderecha, interpretado por Pat Hingle. Tal vez el guión no es lo bastante sólido como para englobar adecuadamente todos estos elementos, que darían para una película por sí solos, y que, en fin, están un poco desaprovechados. Cabe destacar al menos la banda sonora, y un interesante reparto, completado por Laurence Harvey.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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