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Una llama mágica

Drama. Musical Biografía del famoso pianista y compositor húngaro Franz Liszt (Dirk Bogarde). Charles Vidor falleció durante el rodaje y fue sustituido por George Cukor. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
2 de mayo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Vidor había rodado alrededor del quince por ciento de "Sueño de amor" cuando murió de un ataque al corazón el 4 de junio de 1959. Vidor fue reemplazado por George Cukor, lo que supuso un alivio para Dirk Bogarde y Capucine -tuvieron muchos problemas en el rodaje- el cual se llevó mucho mejor con sus estrellas ya que era un gran "director de actores". Además, Cukor trajo al guionista Walter Bernstein para que volviera a escribir el guión ya que el original no les convencía.
El resultado final es un film irregular en el que destaca, por encima de todo, el diseño de producción con un lujoso y colorista vestuario muy fiel a la época y una hermosa fotografía especialmente de interiores. Y, por supuesto, la música, que es la verdadera protagonista ya sea la propia de Liszt o la que interpreta de otros compositores como Chopin, Beethoven, Wagner, Handel, Verdi..., y que hizo que la película ganase el Oscar a la mejor banda sonora.

Dirk Bogarde hace una composición del genial Franz Liszt muy creíble y vigorosa (estuvo aprendiendo a tocar piano en sesiones de 8 horas durante un tiempo) y está bien secundado por las encantadoras Capucine y Geneviève Page.
El problema viene porque ni la historia ni la caracterización de algunos personajes se corresponde con la realidad y si bien algunos pasajes son ciertos, el film contiene muchas inexactitudes y algunos anacronismos innecesarios que hacen que pierda credibilidad y resulte excesivamente largo.
Marius
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27 de julio de 2023
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El sobradamente conocido fenómeno de fans femeninas de famosos rockeros empezó en el siglo XIX cuando las composiciones, gallardía y simpatía del húngaro Frank Listz provocaron desmayos en decenas de escenarios europeos. Esta película, comenzada por Charles Vidor y terminada por George Cukor sin que se note un ápice el cambio en la dirección, refleja con acierto este entusiasmo femenino (y también masculino) pero decepciona por su extremada frialdad. Aunque un excelente Bogarde pone todo su empeño, el uso y abuso de planos generales, tan propios del cine de esos años, provoca que la trama sea en todo momento lejana al espectador. Las historias de amor y celos de las mujeres del compositor nunca llegan a apasionar y sus vicisitudes en camas y pianos no entusiasman. Una película lujosa (qué vestuario, qué decorados) y muy musical que se olvida fácilmente, y eso que Geneviéve Page está bellísima.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ojka
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