Haz click aquí para copiar la URL

El triturador

Acción Cuando el detective Lou Torrey es trasladado a Los Angeles, descubre que un mafioso siciliano contrata a veteranos de Vietnam para asesinar a todos sus enemigos. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
16 de septiembre de 2010
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para un entusiasta de Bronson trabajando con Michael Winner, América violenta no aporta nada novedoso en cuanto a imágenes, técnicas de interrogatorios, persecuciones policiales, y lo que se da en un policial clásico. El argumento enlazado avanza con elementos facilones oportunos y acertados, sin más; que a lo mejor es lo que uno persigue.

El tema es que se trata de una película con toda la parafernalia de las mafias sicilianas; las que todo el mundo sabe. Es siempre el mismo patrón de la cosa nostra de los italiani con sus rollos y sus venganzas típicas; sus abrazos, sus besitos, la santa familia y ahora te la pego por traidor e hijo puta; un rollo siempre igual que no varía por ser un estereotipo muy trillado en cualquier género, y, además tratado de la misma manera, visto un millón de veces y que no tiene vuelta de hoja.

Si la ves, por lo menos sabes que está Bronson repartiendo bacalao bien acompañado por un poli con sombrero y chaqueta con solapas enormes; un poli cabreado, curioso y torpón, que ameniza bastante.
floïd blue
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de agosto de 2009
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año antes de su “El justiciero de la ciudad” la pareja Michael Winner como director y Charles Bronson como actor, se descolgaron con este entretenido y musculoso thriller setentero, en la que Bronson interpreta a Lou Torrey, un teniente de homicidios que en determinadas escenas hace parecer a Harry Callahan una hermanita de la caridad (además de el toque “arty” que tiene con la fijación por una reproducción del cuadro “Saturno devorando a su hijo” de Rubens, que le sirve de preparación y motivación cada vez que lo mira en la habitación del motel que usa como residencia).
Arranca con la llegada de Lou a un edificio donde le vemos cargarse en una escalera de incendios al minuto de metraje a un portorriqueño desarmado en Nueva York delante de las cámaras de televisión y debido al consiguiente linchamiento mediático es trasladado a Los Ángeles (todo esto a modo de presentación antes de los títulos de crédito).
Una vez en Los Ángeles detiene a un tipo que estaba siendo buscado por asesinato en Nueva York y vuelta a la ciudad de los rascacielos con el detenido, para a la salida del aeropuerto aparecer un coche y matar a este y largarse antes de que Lou pueda desenfundar.
A partir de aquí con Lou Torrey tratando de detener la venganza emprendida por Al Vescari (Martin Balsam), un jefe mafioso sobre los responsables de una matanza realizada 42 años atrás sobre antiguos colegas (impagable la escena en el cementerio con Al Vescari señalando las lapidas y recitando los nombres de los difuntos), venganza para la cual ha contratado a veteranos del Vietnam (los “asesinos de piedra” del título) y unas entretenidas y bien rodadas escenas de acción en diferentes localizaciones (Nueva York, Los Ángeles y el desierto de Mojave), tenemos un digno thriller de acción con un final cojonudo, que me temo solo apreciaran en su justa medida los degustadores de este tipo de historias (ya saben, nada de filias y fobias militantes, “es solo cine chaval”).
tiznao
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de enero de 2011
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del éxito de Friamente sin motivos personales, el director Michael Winner volvió a contar con Charles Bronson para protagonizar esta película policíaca producida por Dino Di Laurentis. El fenomenal éxito de taquilla de El Padrino propició multitud de films sobre la Mafia. América violenta es uno más, es decir, una mezcla entre cine policíaco y de mafiosos que también supone el preludio de El justiciero de la ciudad. La trama cuenta la historia de un policía de métodos expeditivos que es trasladado a Los Angeles después de matar a tiros a un joven delincuente. El revuelo causado por la muerte del chorizo obliga a sus superiores a trasladarle hasta que pase la tormenta. Ya en Los Angeles, Bronson detiene a un asesino a sueldo que trabaja para la mafia. Sin embargo, es asesinado lo que obliga a Bronson a iniciar una investigación. Tirando del hilo descubre que un jefe mafioso desea vengar una afrenta del pasado liquidando a los líderes mafiosos implicados. Para lo cual tiene la intención de utilizar a mercenarios asesinos ex-combatientes de Viet-Nam.

Si eres aficionado a las películas de Charles Bronson tal vez pueda interesarte. La película tiene unas cuantas escenas de acción y un guión bastante bueno con una trama trabajada aunque no tan interesante como la de Fríamente sin motivos personales y el Justiciero de la ciudad.
Harold Angel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de diciembre de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para aquellos incondicionales de Charles Bronson que sepan que ha vuelto, que está dispuesto a repartir estopa para mantener el orden y que no parará hasta poner las cosas en su sitio.
Y si alguien tiene intención de replicárselo que se lo piense dos veces...sólo por no acabar con la culata de su arma estampada en la mandíbula.

En esta ocasión encarna a Lou Torrey, un duro agente de policía de New York con descendencia italiana de los que hoy no hay, que ha tenido que verse trasladado al departamento de Los Ángeles por culpa de una misión en la que un chico en posesión de un arma ha terminado muerto, siendo tildado de violento y sádico.
Pero las cosas no mejoran en su nuevo destino, ya que el poderoso capo de la mafia Al Vescari prepara una venganza contra los jefes de otros grupos en la que se pronostica habrá muchos cadáveres apilados, y lo pretende hacer nada menos que contratando a experimentados ex-soldados de Vietnam reconvertidos en mercenarios. Así, Torrey se introduce en una peligrosa tarea en la que tendrá que pararle los pies al mafioso, empezando desde lo más bajo de su organización y jurándose que hará lo que sea para erradicar la oleada de crímenes que asola las calles de una América echada a perder por la corrupción, la droga y el sentimiento anticultural. Pero como si no lo pudiera hacer...¡con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda!

A los que les apasionen los "thrillers" de los '70 como a un servidor, una película así será un caramelo a degustar, aunque recuerde a otras mil y pico de misma temática. En concreto nos encontramos ante la tercera colaboración entre el inglés afincado en América, Michael Winner, y el siempre huraño Charles Bronson, justo después de realizar "Fríamente...sin Motivos Personales". Este director todoterreno es el que mejor ha sabido exprimir la capacidad del legendario actor (mucho mejor que J. Lee Thompson) y las obras que hicieron juntos ya son clásicos del cine de acción en toda regla.
En "América Violenta" (o "The Stone Killer" en la versión original, que mola más) Winner lleva a la gran pantalla la adaptación de la novela "A Complete State of Death" del británico John E. Gardner, todo un experto en tramas de suspense, policías y espías y famoso por las muchas novelas de James Bond que escribió en los '80. Con el libro en que se basa la película, el autor dio comienzo a las aventuras del personaje Derek Torry, un inspector de Scotland Yard con sangre italiana corriendo por sus venas.

En el guión se cambia el lugar de la acción, el nombre del protagonista y ciertos detalles de la historia para situarla en los EE.UU. de los '70, y así tenemos un "thriller" como "The Stone Killer", uno de esos policíacos brutos y directos surgidos a raíz del éxito que cosechó "Harry, "el Sucio" " a comienzos de década con todos sus básicos ingredientes, inaugurándose el tan manido género de los justicieros urbanos, con ese Lou Torrey que es la encarnación de la ley en su más hierática y cruda esencia, y no hay duda de que a Charles Bronson se le dan bien este tipo de personajes. Aparte de eso, se aprecia la influencia de "El Padrino", de Coppola, en esos tejemanejes de mafiosos clásicos, donde lo que siempre acaba primando es la venganza.
La trama pasa de forma amena, con un puñado de secuencias de acción muy bien filmadas y cargadas de violencia, todo rodeado de un tono de desencanto social que Winner aprovecha para condenar, un poco por medio de la exageración, la situación de esa América post-Vietnam abocada a la alta criminalidad, las drogas, la intolerancia, la injusticia social y el recto sistema policial (una película como esta hoy en día sería impensable). Destacan las grandes persecuciones, ese tiroteo final sacado directamente de un "western" y, por supuesto, la impagable escena de Torrey entrando en la comunidad de los "hippies" chalados.

Bronson igual de implacable, como siempre, haciendo de poli dispuesto a parar a la escoria social con todos los métodos a su alcance. ¿Qué tiene que freír a ostias a un criminal detenido para que cante?, eso no le hace temblar el pulso (ojalá hoy hubiera policías así, qué coño). Igual de geniales están Martin Balsam, David Sheiner y Stuart Margolin, quien también aparecería en "El Justiciero de la Ciudad", el siguiente trabajo Winner-Bronson donde este último ya practicaba aquí su posterior personaje de Kersey.
Pequeño clásico setentero para el que lo sepa apreciar. Puede que en aquella época hubiera muchos justicieros, pero pocos con el nervio y la mala leche de Charles Bronson.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
15 de febrero de 2021
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene alguna que otra escena bien rodada, y la pétrea presencia de Charles siempre es motivo de agrado. De hecho sus apariciones son lo único bueno, pues la trama no está a la altura. Genérica, insípida, algo liosa, está narrada a trompicones y se percibe un tanto acartonada: no hay ni un solo personaje desarrollado. Hay bastantes localizaciones pero no resulta muy dinámica, si no te vas a centrar en matizar a ningún personaje meter un poco más de ritmo no hubiera estado de más. Lo que sí resaltaría de está olvidable película es el cutre aspecto que presentan algunas escenas. Son el vestigio de una forma de hacer cine ya desaparecida, que puede inspirar sensaciones encontradas, tanto de lo grotesco como cierto grado de atracción por un estilo de filmar brusco, ruidoso, visualmente directo, excesivo y aparatoso, bordeando en ocasiones el ridículo, pero imprimiendo un sello de personalidad y caracterizando toda una época. Así que solo por eso pienso que merece ser vista y eso que algunos detalles en la ejecución son chapuceros y se nota que es de bajo presupuesto.
El Extranjero
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow