Victoria

Johannes Møller, es el joven hijo del humilde molinero de una prestante familia, en la cual hay una chica llamada Victoria, quien se siente atraída por este muchacho que ya demuestra un amplio interés de formarse y convertirse en poeta. Él, por su parte, vive cautivado por ella, y sabiéndose en desventaja con los señoritos que la pretenden, se esmera por mostrarse interesante… y entonces llegarán los días en que, tras una larga ausencia, los dos jóvenes volverán a reencontrarse en condiciones difíciles, pues, pronto va a anunciarse el compromiso de Victoria con el teniente, Otto Widel.

Así comienza, <<VICTORIA>>, una dulce y conmovedora historia de amor, donde las diferencias de clase -que a los jóvenes poco importan-, y la urgencia de preservar un status -que, en cualquier momento, puede ponerse en peligro-, llevan al sacrificio de alguien -pretendiendo el bien del resto- y ponen en la cuerda floja a los que, quizás, merecerían ser felices.

El director sueco, Bo Widerberg (“Elvira Madigan”, “Joe Hill” …), vuelve a acertar con una historia que parte de la novela homónima que el noruego, Knut Hamsun, publicara en 1898, y convertida a guion por él mismo, logra mostrar esa suerte de asuntos de sociedad que, a veces, parecieran signados por un gris destino.

El director no señala a nadie… no juzga… no emite condenas… y limitándose a mostrar hechos que han caracterizado una larga época, sin caer tampoco en ostentaciones de tipo alguno, logra decantar una sucesión de hechos profundamente sensibles y uno consigue llegar al alma de la especial pareja protagonista, logrando sentir, como ellos, cada difícil situación por la que atraviesan.

En particular, la chica que hace de Victoria, Michaela Jolin, consigue impactar con sus ambiguas y sorprendentes salidas, mostrando a un ser que lucha de manera denodada contra lo que hierve en su ser interior, procurando ser leal a lo que ‘debe ser’. Su personaje, guarda una vida de gran intensidad, pero, su fuerte calor, quizás comience a recibir aquellos vientos fríos que lentamente extinguen la llama.

Por su parte, Stephan Schwartz, como Johannes, es la suerte de carácter que admiro profundamente y que procuro ejercer, porque acoge la vida con lo que quiera darle, y aunque siempre lucha, no cae en el melodrama ni en el autocompadecimiento. El chico posee adultez y carácter a la medida, y eso debería tomarse en cuenta, pues, es de esa suerte de joven ejemplar.

La trama de, <<VICTORIA>>, tiene visos shakespearianos, pero, Widerberg luce controlado, sin caer en excesos dramáticos que superen la realidad. Es probable que haya habido espacio para algunos segmentos autobiográficos, pues, la caracterización de Møller apunta a un claro parecido con el escritor; y el resultado final es un filme, injustamente relegado, que no sólo es digno de verse, sino que estoy seguro que, los jóvenes, lo guardarán con aprecio en su corazón.

Una frase sobre la que vale la pena reflexionar:

“Muy lejos puedes ir, sin ir muy lejos”.

Film de 1979 que adapta la corta pero preciosa novela del nobel Hamsun, del mismo nombre. Película sueca que fue nominada a la Palma de Oro en su estreno, y que hoy creo se hace necesario rescatar.
Una historia de amor, aunque más bien de desencuentros, muy bien llevada y adaptada con bastante fidelidad. Muy elegante, con muy buen gusto, pausada pero aún así no es lenta, y tiene buen pulso narrativo. El director, algo que me ha gustado mucho, jamás cae en las exageraciones ni en lo caricaturesco (dadas las fechas del film es algo a lo que tenía miedo) sino que sabe contener la acción, y presentar a unos actores bien dirigidos, con gravedad y sin afectación alguna. Buena fotografía, y actores que cumplen bastante bien, unido a un buen vestuario y ambientación de época. Film sobrio, pero no frío, sin grandes alardes, pero muy bien acabado. Una historia de amor de esas que nos dicen mucho más de lo que se muestra, algo que en el film transmitir con bastante acierto. No es una obra maestra pero si es una película de gran belleza, una historia romántica que nos puede recordar a Turguenev, un amor imposible entre jóvenes que por circunstancias nunca llega, y la desazón que produce entre los dos amantes. Tanto la novela como el film tienen el mérito de evocarnos un estado de ánimo: ese soplo de viento entre las rosas que despierta las primeras sensaciones del amor. Un soplo, por desgracia, a veces efímero...
Sorpresa para mí, que la vi con pocas expectativas. Totalmente recomendable.