Robots asesinos

Digna serie B de ciencia ficción-acción-terror de los dorados años ochenta.

Es entretenida y dinámica en su ritmo narrativo; es un tanto jocosa en algunos pasajes donde hay toques de humor negro; es un poco elevada de tono de a ratos ya que hay adolescentes calientes de protagonistas; es simpática y divertida en sus escasas pretensiones que sólo pretenden brindar un pasatiempos vertiginoso donde la supervivencia es el ingrediente principal; si bien tiene un escaso presupuesto es digna desde lo técnico y desde los arreglos estéticos gracias a unos efectos especiales modestos pero pasables para este tipo de ofertas; y es entrañable en su rusticidad y cutrería.

La historia es sencilla pero efectista también: un grupo de adolescentes en estado de excitación montan una fiesta nocturna en un shopping donde la seguridad está a cargo de robots armados que tienen la capacidad de decidir por ellos mismos.
De esta manera se desarrolla una típica cinta survival donde la mayoría del tiempo el filme adquiere la forma de oferta de acción con muchos tiroteos y persecuciones.

En fin, simplista pero resultona, es aceptable de acuerdo a lo que se propone: un pasatiempo de evasión puro y duro, sin grandes complejidades desde lo literario pero muy frenético desde la intensidad. Es ridícula en muchos pasajes, pero la cinta se ríe de ella misma, no son errores para achacar, sino buscados a propósito dada la escasez de ambición desde la intencionalidad.

Palabras claves: robots, inteligencia artificial, supervivencia, adolescentes, Serie B

Su título original nos da una pista de qué va a ir el filme. "Chopping mall" o "centro comercial para picar carne", juega de manera inteligente con la denominación "shopping mall" o "centro comercial para comprar". Unos robots de vigilancia, cuyo programa se ha visto alterado, deciden exterminar, de la manera más dolorosa posible, a todos aquellos empleados y visitantes que se hayan quedada en un centro comercial fuera de las horas abiertas al público.

Unos jóvenes ardorosos que han montado una fiesta-orgía en una tienda de muebles van a ser los "beneficiarios" de los desmanes robóticos. Siguiendo todos los tópicos, de las cuatro parejas implicadas, irán cayendo en orden inverso de lascivia y pecado carnal, curiosa manera de promover la castidad tras mostrarnos generosamente a varias de las chicas. Las contradicciones de la moral estadounidense.

La acción, una vez empieza, está realmente lograda, con unos robots que parecen la versión perversa de "Cortocircuito". Wynorski le imprime al film un dinamismo propio de esos años, y plantea unas situaciones que mantienen al espectador atento y entretenido. Veremos, como si se tratase de los Aliens o de Terminator, combates contra los robots, huidas, espacios oscuros idóneos para sobresaltos, humor negro, escenas gore y todo aquello que hará las delicias de los aficionados a este tipo de cine, tan simple y directo, y tan eficaz.

Es tan mala por momentos que hasta puede abochornar. No todo lo que se hizo en los ochenta debería ser elogiado por los fanáticos de esa década. Formo parte de los nacidos en el baby boom que nos tocó crecer y madurar en aquella época pero no recuerdo haber visto en el videoclub de la esquina "Robots asesinos", de hecho si algún colega del cole me hubiera hablado de su contenido estoy convencido que la habría visto mil veces. Hay sangre, una chica enseña las tetas y la propia supervivencia de esos adolescentes en el centro comercial habría sido suficiente para flipar en colores.

Pero no, llego tarde y la veo cuando no toca. La película es un desastre, siendo generosos es regular, y sólo entiendo que se eleve tanto la nota por un juicio de valor que tiene más que ver con la nostalgia que con la realidad. No sólo las decisiones de los personajes son de dudosa inteligencia, no sólo los diálogos son absurdos, no sólo los propios robots son ridículos, no sólo son esos rayos cutres... Es que no da ni miedo ni risa.

Y flipas, flipas mucho porque es breve y tampoco debería molestar a nadie un poco de serie B ochentera. Es lamentable y ridícula, pero hay cosas peores en la vida. Y mucho peor cine en el siglo actual también.

Jim Wynorski es un director que comenzó su carrera bajo la tutela del conocido director y productor Roger Corman nos deleita con este film, una curiosa mezcla, comedia teen, cine slasher de terror y toques de ciencia ficción futurista. La película evidentemente tiene defectos y resulta imposible ocultarlos: hay diálogos estúpidos y personajes aún más estúpidos, los protagonistas están completamente estereotipados (la virgen, el empollón, la histérica, el malote, la bragas alegres, …) y el desarrollo de la peli es absolutamente predecible de principio a fin y no guarda ninguna sorpresa. Pero ahí radica su belleza, en su sencillez.

Ocho adolescentes quedan atrapados en un centro comercial mientras disfrutan de una fiesta nocturna, encerrados y sin posibilidad de escape, los chicos tendrán que hacer frente a una angustiosa noche de terror, cuando empiecen a morir uno a uno a manos de los los robots guardianes, que empiezan a funcionar mal. (Un argumento así, solo pasa en los ochenta, amo los ochenta)

En definitiva: KILLBOTS es la típica película de Serie B que ya sabes lo que va a pasar una vez comienzas a verla, pero que intenta ser un poco diferente al terror de la época (aunque solo sea cambiando al asesino de turno) Serie B en estado puro. De mis preferidas.

"Robots asesinos" reúne todas las características y piezas funcionales necesarias para ser un telefilm entretenido con el que pasar el rato. Robots programados supuestamente para vigilar un centro comercial por la noche que se convierten en auténticas máquinas de matar y jóvenes atrapados en las instalaciones, y con un argumento tan simple que prácticamente se reduce a un "aquí te pillo, aquí te mato" en el que lo único imprevisible es quién sobrevivirá hasta el final, logra entretener, porque lo cierto es que al menos tiene unos buenos efectos especiales, y ver a nuestros personajes escurrirse entre estanterías de tiendas, escondiéndose en tiendas de ropa y corriendo por el centro comercial en una noche tormentosa, lo convierte todo en una idea simple pero atractiva por la diversión que puede llevar implícita (es una comedia de terror, no es para tomársela en serio, al fin y al cabo).
Desafortunadamente no es tan divertida como parece. El guión es pobre y con frases demasiado corrientes como "ya, pues a por ellos" o "no nos vamos a ir de aquí con las manos vacías" que suenan de vez en cuando entre silencios, mientras los jóvenes se enfrentan a las bestias robóticas.

Ya que la idea estaba ya algo manida por aquel entonces, se pudo haber compensado con una mayor carga de toques cómicos, y aquí sólo encontramos un sentido del humor más bien discreto y poco imaginativo.