Espías sin fronteras

Película que equivoca claramente el enfoque. Se decanta por un camino ligero y tibio que nada favorece a la película.
Con el nivel de actores que tiene, el trasfondo histórico, caída del muro de Berlín, fin del comunismo…. en que se mueven los personajes, espías de mucho pasado y poco futuro, daba para una historia mucho más elaborada y profunda.
Con todo no deja de ser una peli de espías amena, solamente eso “amena”.

La concepción que en general se tiene de esta película, y a juzgar por las votaciones, podrían llevar a error al interesado que acudiese a esta página para leer críticas sobre el filme en cuestión. La película es muy recomendable. Entretiene mucho. Lo único que hay que esperar un poco al principio, hasta que se entra en la trama. No es más que un poquitín, en serio. La actuación de Hackman y la del ruso son muy buenas, y entre ellos se entienden muy bien como dúo. Tiene acción, comedia e intriga. Una intriga que, gracias a Dios, se basa en una trama sencilla. Porque es que hay películas de espionaje que parecen puzzles chinos y otras que son todo pataditas y disparos. Ésta no. El final podría dar para más pero con todo no está nada mal. Yo la fuí a ver con más bien poca gana (sólo porque soy un incondicional de Hackman) y al final me entretuvo mucho. Por supuesto, para los fans de Gene Hackman: que la vean.

Ví por casualidad esta película hace unos días y me pareció un entretenido film de espías con toques de comedia y de película de colegas, ambientada en la época postcomunista con buenas interpretaciones por parte de su pareja protagonista, sobre todo de Gene Hackman, que aquí parece que está interpretando otra vez al mismo personaje de "Agente doble en Berlín", pero en plan desenfadado.

Se agradece ver que con unas cuantas buenas ideas se puede hacer una película tan atractiva como esta.

Usa los clichés del género, como el intercambio de prisioneros o la persecución en Berlín, pero con un toque ligero, como si en los años noventa eso ya no le interesara a nadie, considerándolos a ellos mismos como "dinosaurios", incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos como en el caso de Hackman con la informática.

Tiene un argumento que no da un segundo de respiro.
Los exteriores berlineses y parisinos son muy acertados y ayudan a dar interés a la peli.

Para pasar un par de horas muy entretenidas

Nicholas Meyer tuvo un comienzo de carrera prometedor en los setenta, su afición al género fantástico le llevó a dirigir dos de los mejores títulos de la saga Star Trek pero después su carrera se acabó abruptamente. El fracaso de Espías sin fronteras fue definitivo. Se trata de una historia de espionaje ambientada al final de la Guerra Fría a la que ni siquiera el gran Gene Hackman consigue salvar de la mediocridad.

La trama es confusa y disparatada y aunque hay química entre su pareja protagonista no la salvo del suspense. El tono de comedia en plan peli de colegas tampoco funciona, el guión es muy flojo y carece de originalidad algo imperdonable para Meyer que en su día cosechó una merecida nominación al oscar por la película Elemental Dr. Freud.

En noviembre de 1989 cae el Muro de Berlín, un año después se produce la reunificación de Alemania y al siguiente se estrena "Espías sin fronteras".
Por lo visto igual que hay médicos, bomberos o payasos sin fronteras, también parece haber espías que hacen el bien por encima de bloques o de naciones.
El momento elegido es de lo más interesante en la moderna historia de Europa. Mijaíl Gorbachov es la figura política del momento, al menos en Alemania, y su rostro aparece en las camisetas enfundado en el traje de Superman: "Gorbyman".
Lástima que la cinta se decante un poco hacia lo cómico en detrimento de lo dramático, precisamente en unos momentos históricos tan importantes.
Tampoco Hackman da el tipo de Superagente haciendo cabriolas y saltos inverosímiles a sus años.
Película de espías de los dos bloques movidos como marionetas por las agencias correspondientes. Argumento y guion interesantes y correcta realización. La trama nos lleva por las zonas turísticas de Berlín y de París. Acción continua con explosiones y abundantes persecuciones por el metro y por las zonas más sórdidas de los pubs y burdeles berlineses.
Buena ambientación, personajes un tanto caricaturizados e interpretaciones correctas. Muchos tiros y pocas muertes.
La guerra fría se está templando, los espías están ya entrados en años y su tiempo parece que se acaba. Empieza ahora el de sus bellas hijas.
Una cinta interesante que podía haber dado más de sí con un enfoque más dramático.