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Eros y Masacre

Drama Eros y Masacre es la biografía del rebelde socialista de principios del siglo XX Sakae Osugi, y de las tres mujeres que compartieron su vida: Hori Yasuko, su mujer; su segunda amante, la celosa Itsuko Masaoka, una militante feminista; y Noe Ito, su tercera amante, una importante activista social y novelista. Paralelamente a la historia de Osugi, la película sigue las aventuras sub rumbo de dos estudiantes radicales de los 60: la ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
28 de agosto de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director de la magnífica y vanguardista “Eros Plus Massacre” es uno de los máximos exponentes de la llamada “Nuberu Bagu”, la cuál fue una reacción a la “Nouvelle Vague” francesa. Algunos directores japoneses noveles querían hacer algo distinto al cine más convencional de los Mizoguchi, Kurosawa, Naruse o Yasujiro Ozu; es por eso que Francia y su nueva ola fue su principal referencia, para 1969 la nueva ola japonesa estaba más que consolidada y Yoshishige Yoshida se consagró definitivamente con esta genial y personalísima obra.

La obra más reconocida de toda la filmografía del director es, sin lugar a dudas, una de las cintas más estilizadas de siempre, pero también una de las más difíciles de apreciar. Porque en “Eros Plus Massacre” casi nada es convencional, Yoshida está en constante intento por trascender, lo fantástico es que lo consigue. Eso sí, muchos cinéfilos la tacharán de excesiva pretenciosidad cuando no de megalomanía. El caso es que “Eros Plus Massacre” consigue todo lo que se propone, por esta razón es una de las obras más icónicas de la nueva ola.

Yoshida nos muestra un mundo post-apocalíptico gracias a esa original luminosidad que inunda cada plano, el brillo satura y difumina las formas poligonales. El sol parece cegarnos en cada momento, aunque las sombras luchan para ocultarlo, también existe la luna. Esta fotografía tan estilizada adquiere un mayor significado cuando se nos cuenta la vida política y amorosa del anarquista Sakae Osugi, es aquí cuando el film alcanza su grandeza. Yoshida nos habla principalmente de feminismo, amor y libertad; y lo hace en boca de cada personaje, cada uno da su propio punto de vista sobre estos temas dando como resultado una obra compleja y alejada de cualquier atisbo maniqueo. Sí que existe una búsqueda durante todo el metraje, o más bien, un objetivo: el cómo conjugar en coherencia y sinergia la búsqueda de la igualdad de género, la libertad (entendida desde el punto de vista anarquista) y el amor. Ninguno de los personajes parece darnos la solución y, por consiguiente, Yoshida logra mostrarnos las incongruencias de cada personaje, humanizándolo más si cabe, pero también enseñándonos su lado oculto de la luna.
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HectorMagno
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13 de enero de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tan solo pudiese esperar un instante. Si tan solo tuviese un segundo. Podría intentar ir más allá y entender ante que me encuentro. Pero mi mente sigue perdida en sus imágenes, en el lirismo de una historia que mezcla realidad y fantasía, hasta perderte en un caos en el que es difícil hacer pie.

La indudable fuerza de sus picados y ligeros contra-picados hacen de la fotografía de esta película una cita ineludible. A cada plano da la sensación de perderse en una fotografía única, una fotografía que no puedo evitar me recuerde a un Shoji Ueda en pleno estado de gracia. Si bien la historia marca un punto de individualidad creativa, me parece que sin lugar a duda los auténticos protagonistas son nuestros ojos.

Tras toda una vida, el cine japonés nunca dejará de sorprenderme.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
newman
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14 de enero de 2018
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La historia es dual: el triángulo amoroso de Osugi, anarquista japonés de los años 10 y 20, y la de un pareja de jóvenes, ya en los 60, que buscan recuperar la historia del anarquista y sus teorías. Sus teorías, así como las de su amante Noe Ito (también protagonista), giran alrededor de la revolución, la libertad, el amor libre y el feminismo (visible en Noe). Así, esta película trata también de la memoria y su recuperación.

Curiosamente, la película no es explícitamente militante. Solo a partir de la mitad de la película, a partir de la descripción de los sucesos de Kanto en el 23, los mensajes arriba mencionados se dejan ver más en forma de líneas de diálogos pero también encuentran su reflejo sustancial en varias escenas donde esos diálogos parecen ser más un apoyo para las imágenes que el hilo conductor de la trama. Y es que si algo no le falta a esta película son las imágenes potentes y expresivas. Supongo que será por ser de la nueva ola japonesa, pero yo no sé mucho de cine, aún así no es complicado darse cuenta de que el uso que da a las imágenes y su articulación con el plano narrativo (planos, secuencias, escenas) es "experimental" e innovador, con mucho carácter y fuerza. Por cierto, "Eros + massacre" es un experimento que sale bien, merece la pena verlo.
Pachón
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20 de abril de 2023
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Reversión o transgresión del tiempo presente en cuanto a cómo sus líneas de realidad se ven afectadas por los abruptos cambios en el pasado. Un pasado de ideales, furia contra tradición, amor contra opresión, luchar contra el Gobierno.
Proyectados en un futuro sin futuro, ideales condenados a morir debido a la peor de las tragedias. ¿Qué salió mal, Sakae?

Yoshishige Yoshida, que ha dedicado toda la década a plasmar su visión única del hombre, la mujer, la sociedad y el Mundo lejos de las imposiciones y ataduras de los grandes estudios, como la gran mayoría de sus coetáneos, la finiquita tras la ambiciosa e internacional "Farewell to the Summer Light" con otra obra aún más ambiciosa, inspirada en la vida del controvertido Sakae Osugi, importante figura del movimiento anarcosindicalista en el Japón de comienzos de la era Taisho, y varios individuos claves en su vida, en especial la también activista Noe Ito, la más radical de las feministas de cualquier época en el país.
Sin embargo la acción toma lugar en el presente, o un futuro cercano (1.970), asfixiado por el blanco y negro metálico que modela Motokichi Hasegawa. En este presente conocemos a una serie de personajes cuyos propósitos, caracteres e ideas son poco menos que ininteligibles, y que aman liberar su rebeldía a lo largo de un mundo que pareciese enterrado en la más gélida esterilidad; el director los encierra tanto en interiores de penumbra invasiva, mientras en el exterior confunde sus horizontes por culpa de una luz cegadora que nunca nos deja ver con claridad dónde se encuentran. Los ángulos, la puesta en escena y su inventiva, una forma "nouvelle" con la que rompe la concepción formal como nunca hizo en su cine.

Es una expresión de locura juvenil tal cual plasmó en su debut "Good for Nothing", pero siguiendo unas coordenadas de juego aún más intransferibles. Aquí se revuelven y rebelan los estudiantes Eiko y Wada, ella acusada de prostitución, él un nihilista amante de la causa suicida. Al comienzo prevalece un afán de investigación y el pasado directamente relacionado con Noe Ito; allí nos lanza Yoshida, a unos cincuenta años en el pasado, a un Japón de disturbios y tensión, donde las condiciones de vida de los obreros son lamentables, los sindicatos demasiado débiles y la Revolución Rusa se convierte en un buen ejemplo a seguir por los oprimidos.
En este pasado el ritmo y la musicalidad de los diálogos obedece las maneras del kabuki. El director araña con total libertad las ideas políticas de estos personajes, pero sobre todo desea acercarse a sus vidas privadas en una recreación fatalista como ha estado haciendo en sus "antimelodramas" previos. Y todo se contradice rabiosamente; el deseo de libertad individual en desafío de las presiones del capitalismo, el matrimonio y la burocracia se da de bruces en un pentágono amoroso devorado por los celos, la posesión, el engaño, el cinismo, la perversión, la venganza y las bajas pasiones.

Todo circula alrededor de esa fuerza de la naturaleza que es Sakai (bien encarnado por Toshiyuki Hosokawa), su irresponsable "affair" que involucró a su esposa Yasuko y sus amantes Itsuko (la periodista radical Ichiko Kamichika) y Noe, tres mujeres figurando tres conceptos diferentes del amor (el amor falso y resignado por el título matrimonial, el amor celoso, posesivo y trágico, y, al menos en su ideal, el amor libre y hedonista). El quinto pilar en discordia es el marido de Noe, el poeta y dramaturgo Jun Tsuji, quien ya no soportará más el comportamiento de su esposa e intentará encontrar el amor en la infidelidad.
Las ideas de libertad traicionadas por los deseos e impulsos, tan egoístas y humanos. Todos incapaces de rechazar su posesión, física o metafísica. Esta linealidad argumental, donde tan de cerca se examinan dichos conflictos amorosos, es quebrada de cuando en cuando por viajes de retorno donde se nos fuerza a seguir al lado de los estudiantes, cuyas historias son evidentemente menos interesantes que las sucedidas en el pasado. Y es a partir de sus teorías fracasadas, revoluciones oprimidas y sentimientos venenosos que podemos entender ahora los códigos del presente.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Su mensaje al principio de la película es una firme declaración de intenciones. Este es un diálogo entre él y el espectador acerca de unos sucesos cuya repercusión a todos nos atañe, son sus elucubraciones y sentimientos intentando llegar a nuestro inconsciente y engendrar opiniones e ideas, la última fase de la revolución de su cine y el compendio del mismo, con sus aciertos y errores.
En un momento catártico, pasado y presente terminan entremezclándose gracias al poder de la tecnología del cine, que lo capta nítidamente, sin discernir las líneas entre uno y otro, sin hacer juicios unidireccionales. Tras un larguísimo trayecto que nos ha desconcertado y extenuado, se traspasa la Historia con las formas modernas "avant-garde", y el efecto es vibrante, conmovedor. Lo que fuimos es lo que somos y viceversa; y nada cambiará eso, ni el amor ni las revoluciones...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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