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Érase una vez... pero ya no (Serie de TV)

Serie de TV. Musical. Comedia. Fantástico. Romance Serie de TV (2022). 1 temporada. 6 episodios. Cuenta la historia de dos amantes que fueron separados trágicamente y que deben encontrarse en otra vida para romper el hechizo que cayó sobre el excéntrico pueblo que habitan. Ahora, en el presente, la llegada de dos turistas pondrá en riesgo la única posibilidad que tienen de romper el hechizo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
13 de marzo de 2022
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gente se ha tomado esta serie como si fuese algo muy serio y a mi me ha hecho mucha gracia porque se nota que lo que busca es ser un despropósito y como tal hay que verla, sin expectativas de que sea la serie del año. ¿Buscas entretenerte un domingo por la tarde? Es tu serie, podrás reirte del acento cambiante de Yatra o de las actuaciones musicales relativamente absurdas. No le busques tres pies al gato, no te va a cambiar la vida, pero es entretenida.
tutankamon69
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13 de marzo de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las producciones de Manolo Caro en España defraudan a los que fuimos atrapados por sus frescas comedias mexicanas.

Al contrario que otras series hispano-americanas de Netflix, "Érase una vez... pero ya no" no tiene ningún aliciente para recordarla. Ni localizaciones (¿Quién mató a Sara?), ni actuación (La casa de papel), ni temática (Club de Cuervos), ni historia (Narcos), etc. No obstante, como muchas opciones de la plataforma es para para el rato, no pensar en nada, y ya.

"Erase una vez, pero ya no" parte de una premisa original, pero su ejecución se queda a medio camino entre lo peor de un Burton o Almodovar.
Jugar con el anacronismo o la parodia no es tarea fácil. En clave burlesca se introducen temáticas de actualidad (ecologismo, feminismo, elección de pronombre, desmitificación de roles tradicionales, explotación turística...) pero pecan de ser tratadas superficialmente. Tampoco ayuda, que el guión mezcla buenos trozos con trozos muy tontos.
Los números musicales están introducidos con calzador y ninguna letra es memorable.
Lo más destacable de la serie es la estética, siendo la versión más kitsch del rey del kitsch, Caro. También, una estructura líneal en la narración, sin giros rocambulescos o parecidos, siguiendo así la estructura del cuento tradicional.
Lo más criticable es la elección del trio protagonista. Tres actores más potentes hubieran contrarrestado el plano guión o la superficialidad temática. Como siempre, Rossy de Palma está estupenda y Mariana Treviño aporta su chispa habitual.

Conclusión, Caro me ha decepcionado, pero no produce la vergüenza ajena que he leído de algunos críticos. Lo que sucede es que cuando un supuesto buen director hace una serie/peli defraudante se lo abuchea como si hubiese cometido un sacrilegio. En fin, no para volverla a ver como “Casa de las Flores” pero tampoco para catalogarla como lo peor de lo peor.
Pierrot Le Fou
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23 de marzo de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras su éxito con “La Casa de las Flores” llegó su primer batacazo de la mano de “Alguien tiene que morir”, pudo haberse quedado ahí, como la excepción que confirma la regla, pero llegó “Érase una vez... pero ya no” para sacarnos de dudas y darle la puntilla a Manolo Caro.
Y es que “Érase una vez... pero ya no” es un completo despropósito de principio a fin. Nefasto, podría ser uno de los múltiples adjetivos que describieran a la perfección el guión de esta serie. Arrojan muchas pistas sobre las carencias que presenta esta 'comedia musical', un texto carente de estructura, sin demasiado acierto a la hora de incorporar los “gags” y en el qué, diferentes hits nacionales salen al rescate de unos temas propios, bastante mediocres.
La serie resiste gracias a sus secundarios, entre los que destacamos a una siempre genial Itziar Castro, a un grandioso Asier Etxeandia y a unas graciosas e histrionicas Rossy de Palma y Mariana Treviño. La mención especial esta vez recae sobre Daniela Vega con mucho acierto en su papel y Julián Villagrán dupla perfecta de Castro.
En cuanto a la factura, no se entiende cómo un producto de tan alto presupuesto puede llegar a tal nivel de cutrez. Las localizaciones, que no son nada del otro mundo, no restan, pero tampoco aportan gran cosa. Sus sets y vestuario huelen a precario, su fotografía carece de equilibrio y composición y su paleta de colores saturada, elegida sin ton ni son, consigue finalmente, elevarlo todo a la categoría de horterada.
Érase una vez... una serie que intentó ser demasiadas cosas. Intento ser comedia y fracasó. Intentó ser musical y volvió a fracasar. Intentó reescribir los cuentos de hadas, incluyéndoles de la forma más ortopédica el feminismo y también fracasó estrepitosamente. Aún así, esta historia se dejaba ver, porque gracias a lo disparatada y absurda que era, te hacía pensar estar hecha así a propósito.
...pero ya no tenía ningún otro encanto. Por lo que, como nunca antes, esperábamos con ansias, el colorín colorado definitivo, que pusiese fin a este dislate de cuento.
Puntuación: 1y media sobre 5.
mgarsos
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15 de marzo de 2022
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Una producción sin brújula

Faltan actores que sepan cantar bien, o eso al menos tuvo que pensar el equipo de Érase una vez... pero ya no que decidió contratar a Sebastián Yatra para un papel principal. Y es cuando ya no cuidas tu producción desde el principio, solo puede salir algo como esto. Cuando pides un cóctel hay tres opciones, que el camarero sepa los ingredientes y los mezcle dando lugar a una bebida rica. Que te ofrezca un espectáculo casi de circo con la coctelera y te sepa mejor. O que estés en tu casa mezclando lo que encuentras en una nevera vacía, y te salga un cóctel para tirar por el fregadero. Bueno, pues eso último es Érase una vez... pero ya no.

Sin embargo, el cantante colombiano no es el problema. Es cierto que sus dotes actorales son más bien invisibles en la ficción, pero es que en sí la producción nunca encuentra su camino y se pierde, y lo que es peor, nos hace perder el tiempo. En primer lugar, nada, absolutamente nada congenia en esta ficción. Personalmente la realización no sucumbe a ningún raciocinio lógico y la estética es un intento barato de asemejarse al universo almodovariano.

Una vez más en otra ficción de Manolo Caro volvemos a toparnos con unas interpretaciones sobreactuadas. Incluso esta vez llegan a rozar lo estridente. La ficción parece empeñada en dar bofetadas al espectador para sacarlo de su relato continuamente. La estética ciertamente parece diseñada por un niño de cinco años que no busca componer en el plano de manera lógica y buscando equilibro en gamas de colores o complementaciones. No obstante, el problema no solo es su estética hortera, sino que el guion resulta desesperante.

*Inverosímil y poco orgánico

El musical es un género que directamente le ofrece al espectador un pacto de verosimilitud o también denominado pacto audiovisual. Es este por el cual el espectador asume unas reglas que vienen implementadas en el género, y es por ello por lo que en un musical no nos resultaría raro que la gente cante o baile en mitad de la autopista principal de Los Ángeles. Bueno, pues Érase una vez... pero ya no debe ser de los pocos musicales donde las actuaciones desentonan hasta en su propio universo. En su mayoría son actuaciones musicales que se insertan de la manera más inorgánica posible. Personalmente, pocas se salvan de una ficción que parece estar girando fuera del eje sin control.

No concibo que nadie en el proceso de creación, e incluso durante el rodaje no se estuviera dando cuenta del batiburrillo que estaba resultando la historia. Si es que desde el comienzo parece ser un coche destinado a despeñarse por un acantilado. No obstante, sí que se agradece dentro del formato la poca duración de los episodios y el número de estos, en concreto seis, lo que hace que la serie no se haga tan cuesta arriba como podía haberse hecho en el formato convencional de Netflix.

*Ser o no ser

La serie se divide en dos épocas distintas, y es cierto, que quizás porque estamos en ella menos tiempo, el medievo se lleva algo mejor que el presente. Sin embargo, su representación de época no está falta de anacronías que están hechas a propósito (eso espero), pero que personalmente no creo que sumen. Solo siguen perjudicando a la ficción y provoca que el espectador se la tome como una mamarrachada. Ahí es donde está el siguiente problema, y es que cuando una ficción trata de reírse de sí misma siendo consciente de lo qué es, creo que el conjunto puede funcionar. No obstante, creo que esta no sabe ni si quiera lo que pretende.

Asimismo, los personajes resultan de los más inverosímiles, así como su historia. No hablo de verosimilitud en el aspecto de que sea posible o no la situación, que desde luego no lo es. Sino que la ficción nunca llega a convencer y ser creíble. Creo que hay tantos elementos que parecen haberse alineado para jugar en su contra que no funciona, simplemente eso. Los personajes están totalmente faltos de verosimilitud y humanidad. Y sus interpretaciones lamentablemente no ayudan.

Además, si el objetivo de la ficción era hacer reír al espectador, no nos engañemos, porque el objetivo tampoco se cumple. Más bien llegas a llorar, y no de emoción que es lo que se debería de dar en cierto momento, sino de pura desesperación. Creo que sin buscarlo es una serie que lleva al límite al espectador (en el ámbito negativo de la expresión) que se siente como un imbécil, dándole la sensación de que le están tomando el pelo.

*Conclusión

Érase una vez... pero ya no de Manolo Caro es una ficción que no cumple en nada. Lamentándolo, y me duele decirlo, es una total pérdida de tiempo, mejor no se bajen en esta parada, no se acerquen a este pueblo, y pasen a la siguiente serie de su lista de pendientes.

Escrito por Javier Atienza
Cinemagavia
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17 de marzo de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene todos los ingredientes para gustar (la idea, los actores, el dinero...), pero no llega a gustar. Se queda a medio gas. Tiene ideas buenas, pero es todo tan cutrongo que no funcionan. La elección de los temas musicales y sus ejecuciones son muy pobres.

Se salvan Rossy de Palma e Itziar Castro, lo mejor sin duda. Bueno, y lo mono que es Sebastián Yatra.
Jimz86
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