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He muerto mil veces

Cine negro Remake del film High Sierra de Raoul Walsh. Un hombre que acaba de salir de la cárcel planea un gran golpe que le permitiría retirarse para siempre del mundo de la delincuencia. Sin embargo, no había contado con ciertas circunstancias que dificultarán su proyecto. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
4 de noviembre de 2010
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es muy probable que el nombre del novelista W.R. Burnett no le suene de nada a nadie, y no voy a ser yo, desde luego, quien reivindique su entrada entre los nombres señeros de la historia de la literatura universal, pero los amantes del cine negro siempre tendremos un buen par de motivos para estarle agradecidos, porque, por mediocres o desconocidas que sean, dos de sus novelas sirvieron después de base para sendas películas que se cuentan entre las cumbres indiscutibles del género: “El último refugio” (Raoul Walsh, 1941) y “La jungla de asfalto” (John Huston, 1950). Aunque algo inferior, “Hampa dorada” (Mervin LeRoy, 1931), protagonizada por Edward G. Robinson, es otra de las pelis basadas en alguna de las obras de Burnett, que participó, además, en la confección de más de 50 guiones, entre ellos los de “Scarface” o “La gran evasión”.

El propio Walsh, en 1949, había realizado ya una revisión en clave de western, tan espléndida como sombría, de la historia original de Burnett, “Juntos hasta la muerte”, una película que trasladaba admirablemente, o así lo recuerdo al menos, el aire fatalista y desesperanzado que destilaba su precedente al universo mítico del salvaje oeste, y en la que Joel McCrea y la volcánica Virginia Mayo salían bastante airosos del trance de tener que recoger el relevo de Humphrey Bogart e Ida Lupino, cuyas memorables actuaciones en “El último refugio” se encuentran, sin duda, entre lo mejor de sus respectivas carreras.

“He muerto miles de veces” no la dirigió Walsh, sino el tan correcto como anodino Stuart Heisler, pero cada uno de sus fotogramas parece ideado y llevado a cabo a mayor gloria de Raoul Walsh. No hay un solo aspecto de la peli que resista la comparación con su original, y eso a pesar de que fue el propio Burnett, como en “El último refugio” (donde había contado con la ayuda inestimable de John Huston) el encargado de escribir su guión, una tarea para la que, todo hay que decirlo, no es que se partiera precisamente la frente, porque se limitó a calcar, plano a plano y frase a frase, la película que le servía de modelo.

Y no es que Heisler no contara con gente competente a su disposición. Palance y Winters están correctos, pero sus personajes carecen de fuerza y profundidad, Lon Chaney se luce como el gángster Big Mac, pero se desaprovecha a todo un Lee Marvin en un plano papel de matón zoquete. Y así en todo lo demás: lo que en Walsh es vigor, tragedia y predestinación es aquí arritmia, atonía e insulso estereotipo. No es una mala peli, en todo caso, y si uno desconoce el original o se hace un poco el sueco, puede muy bien llegar a disfrutarla. Pero si de algo sirve verla, si es de veras ilustrativa de alguna cosa, es de la diferencia que hay entre los pocos Walsh que ha habido y todos los Heisler que no para de dar la industria del cine. Morirás miles de veces, Stuart Heisler, dice a gritos esta peli, y nunca, nunca serás digno de medir tus pobres fuerzas con el viejo zorro del parche en el ojo.
Normelvis Bates
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24 de noviembre de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jack Palance tiene el cutis muy blanco. Es que se ha tirado unos años a la sombra, no es que esté enfermo. Acaba de salir de la cárcel y ya está planeando un trabajito. Le presentan a unos colegas y no le gusta ni uno. En cambio sí le gusta una muchacha que tiene un pie zambo.

El tema de la historia de amor, del desengaño y el otro que surge, es el que quiere predominar sobre la trama negra. Es la ilusión del hombre que quiere alcanzar una meta imposible representada como las inmensas montañas que tiene de fondo y que no se pueden abarcar. Quiere el dinero, las joyas, a su mujer y que le dejen en paz, para ello está dispuesto a todo. Es un buen hombre, fiel a su jefe, a los tratos y a los compañeros..., e incluso está dispuesto a acabar con el pie zambo.

No estaría mal contar con Lee Marvin, o Dan Duryea y Richard Widmark, los tres rubios más peligrosos para juntarte en un atraco, pero el primero creo que a la muchacha del pie zambo la quemaría la cara, el segundo seguro que la pondría a trabajar en la esquina a precio rebajado por lo del pie, y el tercero, sin más, igual la empujaba escaleras abajo a la mínima ocasión. Jack, no. Jack quiere curarla.

La película es un remake que se queda algo pobre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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30 de agosto de 2012
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien no alcanza el vigor que le imprime a la historia la versión de Walsh "High Sierra" esta "Mil veces muero" tiene valores propios que la sostienen en el tiempo. Y esos valores se centran fundamentalmente en el reparto. Lamento pasar por iconoclasta pero las actuaciones de Jack Palance -su arrolladora amenaza física- y de Shelley Winters me parecen superiores a las de Bogart y Lupino. Un par de excelentes secundarios -Lee Marvin y Earl Holliman- terminan de completar lo que constituye un elenco espléndido. Stuart Heisler era algo más que un buen artesano, The glass key y Storm warning son filmes magníficos el primero de ellos con toda la ambigüedad moral y el aire pesadillesco del mejor cine negro.
rubi
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10 de diciembre de 2020
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de la excelente "El último refugio", al menos en cuanto espíritu y ciertas situaciones. Y es que el guión es el propio autor de la novela (W.R. Burnett).
Sin embargo, y es de agradecer, se han realizado algunos interesantes cambios que, desgraciadamente no han dado lugar, en líneas generales a un buen filme.
La cinta se entiende a la perfección y se sigue con cierto interés pero la mezcla de cine de genuino género negro no casa con, casi lo principal de la película, el bastante folletinesco melodrama imperante en la historia.
Esto hace que la peli sea muy irregular, con momentos de interés, como el golpe o los minutos finales, estos sí, muy parecidos a "El último refugio", con otros, los del propio melodrama, que resultan extraños y poco atractivos.
Otro hecho que deja un tanto perplejo es el empleo de la banda sonora con, en determinados momentos, música que no pega ni con cola con las imágenes que estamos viendo.
Lo mejor, como siempre que aparecen en pantalla, los grandes Palance y Winters, ambos con personajes doloridos, deseosos de conseguir la paz y felicidad y llenos de interno dramatismo, pero a la vez irónicos, como la escena en la que se dirigen los dos en coche, junto con el perro de ambos, a perpetrar el robo y él resignado exclama:

"- Lo que me faltaba, ir a un golpe con una mujer y un perro".

Una pena, por cuanto hace tiempo que estaba detrás de esta película y ahora que por fin la he visto, me ha decepcionado un tanto pues evidentemente podría haber estado mejor.
Buen elenco interpretativo, con secundarios de lujo, entre ellos un Lee Marvin en un pequeño papel de malo sosote y estúpido a más no poder.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
Baraka1958
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