Agua con sal

Olga es inmigrante en un pueblecito de Valencia. Es una mujer que trabaja de manera clandestina y sin contrato en una fabrica de muebles. Se hace amiga de Mari Jo, una española que trabaja en la misma fabrica. Olga es optimista, fuerte, vital y Mari Jo es opuesta a ella.
La película nos hace ver la realidad de la inmigración y también que junto a estos inmigrantes viven de igual manera españoles en la misma situación de marginalidad.
El título “Agua con sal” es un remedio para curar las manos de las trabajadoras después de realizar su cometido en la fábrica de muebles.
De una manera cotidiana y real, con un mínimo de apoyos, el director Pedro Pérez-Rosado nos introduce en un mundo cercano y para muchos de nosotros desconocido y nuevo.
Mejor película y mejor director en la Mostra de Valencia.

Una chica viene de cuba, hasta ahí bien, trabaja mucho y le echa caramelos a un coco.
Otra chica es de Valencia, hasta ahí tambien bien, trabaja duro y para sacarse algo para los vicios tambien es puta.
Sin sentido, sin que pase nada, con una Yoima Valdés con lo mejor de la escuela dramática de Cuba y el otro bicho que no se de donde lo han sacado, parece que les están diciendo el guión por un pinganillo.
Un guión escrito en una tarde, parando a merendar y con prisas al final. Me imagino a la guionista en Cuba plasmando todo su talento esa tarde y diciendo "venga va, a las 8 acabo de quede el guión como se quede".
Sólo un momento te hace pensar ¿Quien puede tener tanto ojo como para invertir dinero en esto?

Buena historia de gente que no conoce, ni siquiera, Benidorm cuando está a pocos kilómetros de allí. Gente desarraigada porque este mundo desarrollado al que vienen para salir de la miseria de su país no es el que esperan. Aunque algo histriónica la Berrokal, Yoima Valdés plasma un talento artístico fuera de toda duda. La historia es interesante y aunque pierde algo de intérés en la parte media, tiene un final precioso, sin estridencias, sin sentimentalismos superficiales y con una canción preciosa de Carlos Varela.

Sin alharacas, sin espectaculares campañas, sin ruido nos llega esta modesta película. Modesta en cuanto a presupuesto pero no en cuanto a resultados. Buen cine de contenido social, claro, conciso, sin alardes, perfectamente reconocible. Con una excelente actuación, sobre todo de su protagonista cubana, se sigue con agrado, aun a pesar de la dureza conceptual de su trama.
Con aires que recuerdan a las princesas de León o la poco vista Poniente, de Chus Gutiérrez, es una película totalmente recomendable, que no merece la atención ni siquiera de muchos críticos.
Especial atención al feismo ambiental de la zona donde se desarrolla la acción, tristemente cierto.
El argumento daba incluso para más, aunque me da la impresión de que el director no ha querido cargas las tintas en exceso.

Ni siquiera tocando temas que afectan a la sensibilidad de cualquiera que tenga un mínimo de corazón, ésta película consigue llegarte adentro. Las actuaciones son tan pésimas, que no dejan nunca que te creas la historia. Se recurre mucho a los tópicos y tienes muchas veces la sensación de que "te suena haberlo visto ya", aunque mejor contado.

En fin, película para olvidar, por cierto la actriz que hace de puta, que vaya a alguna escuela de interpretación, que es menos creible que el Fary haciendo Taxi Driver.