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Macarrones rating:
8
Comedy. Drama. War Italy, 1916. Oreste Jacovacci and Giovanni Busacca are called, as all the Italian youths, to serve the army in the WWI. They both try in every way to avoid serving the army. Giovanni bribes Oreste, believing to his false pledges to make him avoiding the army. But the destiny make them meeting again on the train directed to the front. Nevertheless Oreste stolen money to Giovanni they become friends and in first times are allocated to a ... [+]
Language of the review:
  • es
December 20, 2006
65 of 72 users found this review helpful
Este es un clásico del cine italiano. Muy bien rodada e interpretada, se trata de una película (una más) que denuncia los horrores de la guerra y retrata la vida cotidiana de los soldados italianos durante la I Guerra Mundial. Con un realismo casi naturalista se narra lo absurdo de los combates, la ineptitud de los mandos, el frío, el hambre de los pobres soldados, con el gordo, el analfabeto, el oficial fatalista que obedece a los generales insensatos sabiendo que sus órdenes son un disparate, sus escenas de rancho, cartas de las novias, muertes entre alambres espinosos, todo eso... Es un poco como "Senderos de gloria" pero con chistes. Seguramente la película de Kubrick influyó en la elegancia con la que está rodada esta "Gran guerra" de Monicelli, que es sobresaliente desde el punto de vista técnico, tanto en el rodaje de las escenas más íntimas y desenfadadas como en las de batallas y masas. Los actores, por supuesto, están muy bien. En general la mezcla de pequeños episodios dramáticos con otros cómicos funciona más o menos bien, aunque también es la mayor debilidad de la película: se nota demasiado la plantilla, el alternar risas con bombazos y drama. Los protagonistas son dos pícaros (bueno, dos caraduras) que tratan de escaquearse de todos los trabajos (nada más militar, por otra parte): este recurso está un poco visto y su reiteración en esta película resulta también un poco previsible, aunque lo compensa la calidad de los actores (Sordi y Gassman). Silvana Mangano, por su parte, es un prodigio de naturalidad y gracia; en todas las escenas en las que ella sale la pantalla se llena de luz y uno entiende que nuestros abuelos estuvieran enamorados de ella (bueno, mi abuelo nunca habló de la Mangano ni creo que nadie la conociera en su pueblo, pero uno se pone a escribir aquí y de repente se siente como si estuviera en el programa de Garci y se pone cachondo con las señoras estupendas en blanco y negro y dice frases como estas y selecciona su escena favorita, casi me están entrando ganas de fumar y todo).

Todos los secundarios son también excelentes. Imprescindible verla en versión original por la riqueza de las hablas dialectales italianas (me imagino que en la versión doblada todos pronunciarán como si anunciaran sopas Knorr).
Macarrones
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