Mientras el psicológo Malcom Crowe (Bruce Willis) pasa una agradable velada en compañía de su esposa Anna (Olivia Williams), uno de sus pacientes, Vicent Gray (Donnie Walhberg), hace un inesperado acto de presencia en el apartamento y, antes de suicidarse, dispara al doctor. Unos meses después, nos encontramos con Malcom aún convaleciente de la herida, más emocional que física, haciendo evidente su fracaso profesional con Gray, a quien no pudo ayudar. su siguiente caso es el del niño Cole Sear (Haley Joel Osment), de ocho años. Tras el divorcio de sus padres, vive en compañia de su madre, Lynn (Toni Collette), encerrado en un mundo de soldados de juguete e imágines religiosas. Lo que Malcom descubrirá poco a poco es que Cole está aterrorizado por la presencia a su alrededor de fantasmas: gente muerta en extrañas y violentas circunstancias que acuden a él en los momentos más inesperados. Para el psiquiatra, Cole será la ocasión ideal para resarcirse del error cometido con Gray.