Segunda película de la trilogía del Cornetto.

Después de la agradable sorpresa de “Shaun of the Dead”, el trío cabecero se vuelve a reunir para una segunda parte, tomando como base las películas americanas de acción policial, “Arma Letal”, “Jungla de Cristal” o “Bad Boys”.

La premisa es distinta a la anterior de la saga; el personaje de Pegg, Sargento Angel, es un superpolicía, como nos lo presentan en un fabuloso primer minuto, es decir, esta vez no tenemos a dos idiotas fuera de sitio.

Angel es trasladado por dos de los recurrentes de la saga, Martin Freeman y Bill Nighy, por lo mal que deja al resto del cuerpo, al pueblo más seguro de Inglaterra, en medio de la campiña, el típico pueblo que tiene el hotel, el pub, la iglesia y mucho tiempo para aburrirse.

Como era de esperar, la primera parte tiene como objetivo mostrarnos la falta de adaptación del protagonista a su nuevo entorno, con unos compañeros que están entre lo incompetente y la holgazanería y donde la acción más emocionante es un cisne huido (protagonista de la película) y poco más.

Y llega el segundo giro, porque en el pueblo no hay crímenes, hay “accidentes”, muy extraños y que el instinto de Angel quiere investigar para desgracia de todos los demás, excepto el personaje de Frost.

Para mi gusto, la mejor de la saga, mucho humor, mucha crítica ácida a los pueblecitos ingleses, a las asociaciones de vecinos entrometidas, a los policías que sirven para todo, muchas, muy mordaces y muy adecuadas. También es, claramente, la que tiene más acción y un guión más “elaborado” a mi entender.

Los personajes, además de los protagonistas, son de traca: el viejo gangoso policía y el de las armas, los detectives que no quieren investigar, el director del periódico, el cura, el comisario… y ese fabuloso recuperado Timothy Dalton como el dueño del supermercado.

Son dos horas de metraje, algo larga, pero a buen ritmo, ¿sobran escenas? Alguna sí, sobre todo en la primera hora, pero estás tan pendiente con el cornetto y el salto de la valla que se hacen llevaderas.