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Spain Spain · Cáceres
Sinhué rating:
6
Western. Drama Inspired by real events, Sweet Country is a period western set in 1929 in the outback Northern Territory. When Aboriginal stockman Sam (Hamilton Morris) kills white station owner Harry March (Ewen Leslie) in self-defence, Sam and his wife Lizzie (Natassia Gorey-Furber) go on the run. They are pursued across the outback, through glorious but harsh desert country. Sergeant Fletcher (Bryan Brown) leads the posse with the help of Aboriginal ... [+]
Language of the review:
  • es
October 30, 2017
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Western australiano que transcurre por los territorios del verismo, enmarcado en una fotografía espectacular y unos paisajes agrestes o acogedores según quien los transite.
Hace cerca de un siglo la mayoría de los granjeros blancos de nuestras antípodas, al igual que los americanos, poseían caballos, vacas y negros sin deferenciar demasiado su valor. Con el agravante además de que los tipos "civilizados" habían sometido, esquilmado y esclavizado las tierras de Oceanía y a sus nativos. Ni siquiera se tuvieron que molestar en comprarlos o en ir a cazarlos a África. En este deshumanizado panorama transcurre la odisea de Sam Kelly, un sensato e íntegro aborígen que se ve obligado a defenderse de un colono borracho y desalmado.
La jauría de los racistas y los funcionarios corruptos abogan por su muerte inmediata, pero un jurista defensor de los derechos de los individuos consigue llevarle a juicio para que argumente en su defensa.

Warwick Thornton, nacido en Alice Springs (Australia) hace 47 años, es un defensor de la cultura de sus ancestros y aunque ama a su tierra de ahí el título (Sweet Country) no duda de que el mayor peligro vendrá de algunos de sus habitadores, de ahí el lamento del predicador: ¿Que será de este país?
Aunque lo que se cuenta tuvo lugar en el primer tercio del siglo XX, los comportamientos de unos y otros son extrapolables a nuestros días. Y es que la pobreza, ignorancia, abuso, injusticia y falta de escrúpulos siguen dañando la convivencia de los seres humanos. Y el esclavismo, que escondía algunas raicillas, ha rebrotado de forma violenta disfrazado con fórmulas que huelen a vaselina y neologismos hipnotizadores.
Sinhué
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