La película es, como cabía esperar, uno de esos enrevesados y extraños casos de Holmes donde todo es muy complicado hasta que se le encuentra una explicación. Guy Ritchie ha conseguido trasladar a su universo particular unos personajes míticos haciendo que encajen perfectamente. La única diferencia entre estos personajes y algunos de los colgados de Rockanrolla es que a estos últimos no los conocíamos antes de ver la película, y la inteligencia que baña todo este espectacular Sherlock Holmes.

Lo único malo que se podría decir de esta película es que hacia la mitad del metraje, tiene unos pocos minutos donde la intensidad baja y se toma una pausa para hacer que la historia avance un poco, pero se le perdona cuando todo empieza a resolverse en uno de esos finales que encajan a la perfección con el resto de la película, cosa no muy habitual en el cine de hoy en día.