Segundo largometraje de Brandon Cronenberg. Nos cuenta la historia de Tasya Vos, una agente especial que trabaja para una organización que cumple encargos para gente poderosa que requiere asesinar personas en beneficio propio sin dejar evidencia. Lo mejor es la forma de hacerlo, Tasya ingresa a la mente de otras personas por medio de un implante y controla sus movimientos corporales, haciendo a cualquier persona un asesino.

Cronenberg sigue los pasos de su padre con cierta dosis de gore, pero se decanta principalmente por mostrar el tormento psicológico de la protagonista, dentro de un cuerpo ajeno que no logra controlar del todo. Filme de gran factura visual y buenas actuaciones, aunque el argumento no se explota todo lo que era posible. Aún así, logra buenos momentos y es entretenida de ver en todo momento.