Quien le iba a decir al hijo pródigo que volvería a la casa del ratón como director de una de sus películas más emblemáticas y extrañas a la vez.
Pesadilla antes de Navidad es, ante todo, un cuento.
Estrenada en el 93, justo en la era dorada de la animación Disney (a pesar de que en ese momento se estrenó bajo el sello Touchstone, filial de Disney), época perfecta para experimentar con otro tipo de cintas animadas alejadas de los cuentos de hadas típicos "made in Disney" (y excelentes, todo sea dicho de paso).
¿Qué mejor director para esto que el siempre novedoso Burton?
Pues sí, la jugada salió perfecta y entre ambos parieron (no hay que olvidarse de Henry Selick) una auténtica maravilla de film.
Sería injusto no citar a Danny Elfman, uno de los mejores compositores de las últimas décadas y asiduo colaborador de Burton; que con su grandísima BSO contribuyó a hacer de este cuento macabro una obra de culto adorada por muchos (entre ellos yo).

Indispensable para cada Halloween y cada Navidad, una delicia.