El, digamos, úlitmo capítulo de esta cinta tiene lugar en tierra. Tras desembarcar, los marineros reciben su paga y se les pregunta si desean reengancharse para la próxima travesía, la mayoría lo hará.
Es muy triste ver (un poco como los mineros cuando salen de la mina) como (muchos) de estos hombres despilfarran su dinero, tan duramente ganado, en borracheras, mujeres, peleas etc., cuando no son directamente engañados o estafados por gente sin escrúpulos que espera pacientemente la ocasión de meterles la mano en el bolsillo.

El argumento: muy interesante. Los relatos del mar dan para mucho.
La puesta en escena: discreta. Apenas hay escenas bélicas, supongo que los productores no estaban sobrados de recursos económicos.
La interpretación: posiblemente lo mejor, lo que salva la película. Destacan Thomas Mitchell y un joven Jóhn Wayne.
En suma, una película para pasar el rato y poco más.Quizá el fuerte del sr. Ford no es el mar, sino las grandes llanuras.