No es frecuente la presencia de thrillers en los festivales de cine, quizá por la errónea idea de que estos son necesariamente comerciales en su acepción más negativa, por facilones u obvios. El Festival de Gijón ha seleccionado con buen criterio uno inteligente y bien escrito, filmado e interpetrado: este "Shadow Dancer", acerca del conflicto irlandés y ambientado en los años noventa.

Se nos presenta en él el dilema moral de una terrorista del IRA que se debate entre la lealtad familiar, que supone en su caso seguir colaborando con sus hermanos en la actividad terrorista, y la preocupación por su propia seguridad y la de su hijo pequeño, al que desea ofrecer una vida sin violencia.