Crónica, de una iniciación a un mundo criminal. Crónica, de un cruce de caminos. Crónica, de una elección, la elección de un muchacho, entre dos familias, la primera, la de la sangre, bajo las faldas de una madre protectora y la guía de un padre, trabajador y honrado, la segunda, más atrayente, bajo las enseñanzas de un padre de adopción, un hombre poderoso, de los que hacen siempre su santa voluntad, en un ambiente seductor, pleno de aventuras, dinero fácil y donde sentirse amparado, una vez, haberse ganado el respeto...

Una excelente, ópera prima, de Robert de Niro, como director, faceta en la que apenas se prodigó (cuyo motivo, desconozco). Donde destaca en la excelente dirección, de los jóvenes actores que dan vida al protagonista, en una realización en la que se hace evidente que bebió en las mejores fuentes, principalmente, en la de Scorsese…

La película, tiene momentos de gran sentimentalismo. Momentos donde el relato es raudo, seductor y contundente, recordando, claramente, a “Uno de los nuestros”, a “Casino” o la saga del Padrino. No le faltan momentos angustiosos ni secuencias violentas o de violencia, mejor dicho.

Una película, imprescindible, para los amantes del cine de De Niro, donde además de dirigirla, también realiza una gran actuación; en su línea, de hombre decidido, difícil de atemorizar…