Una rara historia de amor se nos cuenta en esta película, dos personas que parecen las más solitarias y hurañas del mundo se encuentran por los designios de lo cotidiano.
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Se presenta como una película con altas posibilidades de ser aburrida pero si se decide darle una oportunidad poco a poco va profundizando en amplios páramos humanos que son enfatizados por amplios páramos del paisaje en donde se desarrolla la historia. Una fotografía bien lograda es la que se nos va mostrando en las escenas.
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Entonces ella decide pintar su mundo, hacer del pincel y los colores una terapia, y él le permite esa libertad de ser creativa.
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Ambos luchan contra el mundo a su manera, inevitablemente se van haciendo cómplices -Vas a necesitar de mí- dice ella en algún momento, y son unas palabras certeras y reciprocas aunque él no las diga directamente.
Había para ella una vida gris pero Maudie decidió darle color, y también las vidas de otros. Sus manos sí, eran un poco torpes para el pincel, pero ella tenía una fe llena de dinamismo y una esperanza igual.
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Se trata de un cine intimo, cercano, una pequeña casa se hace un universo grande por el arte y el amor.

Godofredo Oscós Flores