Vanessa Redgrave mejora mucho la imagen de una Agatha Christie, famélica y cariacontecida permanentemente.
Por si fuera poco eligen al picha brava de Timothy Dalton, como el marido que la deja y ella se pone de rodillas suplicando que no la abandone. Sin calificativos.
Y después Dustin Hoffman representando el papel de salvador ecuánime.
En un papel ridículo y de nula credibilidad, me pregunto si estaba haciendo las Inglaterras para aceptar semejante desatino.

Valorar la interpretación como actriz de Vanessa Redgrave y poco más.

Una recreación falsa, tramposa, irreal, sordida y de juega al bingo mientras comes buñuelos de una película tan ridícula como grotesca.
Una cursilada de las de obra maestra mayor.