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pascal rating:
8
7.1
28,128
Drama
TAMBIEN LA LLUVIA sets up an intriguing dialogue about Spanish imperialism through incidents taking place some 500 years apart, while examining the personal belief systems of the members of a film crew headed by director Sebastian (Gael Garcia Bernal) and his producer Costa (Luis Tosar) who arrive in Bolivia to make a revisionist film about the conquest of Latin America. Set in February and March of 2000 when real-life protests against ... [+]
Language of the review:
- es
January 14, 2011
2 of 4 users found this review helpful
Buena película para el espectador al que el cine político no le disgusta.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
Después de Celda 211, Malamadre sale de la cárcel y ahora es productor de cine en Bolivia.
El persoanje de Costa es el más profundizado en la película, puesto que pasa de ser un hombre ávido de dinero, mejor dicho ahorrar el máximo posible y tener actores dóciles y entregados, a comprender la lucha de los indígenas y solidarizarse con ellos. Cosa que hace que el papel de Luis Tosar parezca la prolongación de Malamadre. "También la lluvia" no es una película fácil, es cine político, de denuncia, que critica la indefensión de los débiles frente a las multinacionales que compran políticos corruptos a los que no les tiembla la mano a la hora de subir los precios de los servicios básicos (¿suena de algo esto, verdad?) el 300%, pese a que la población más desfavorecida no tiene con que vivir.
Por otra parte, "También la lluvia" cuenta cine dentro del cine, los ensayos de los actores antes de rodar, los decorados delante y detrás de la cámara. Y claro la vieja polémica de Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, en una época en que estos eran pocos menos que seres de segunda.
La habilidad de Bollaín es fusionar las dos realidades para hacer navegar sus personajes por la tensión narrativa del filme. Mientras Costa (Luis Tosar) evoluciona hacia adelante, de la frialdad monetaria del principio hacia tener buenos sentimientos, un poco como Bartolomé de Las Casas; el director (Gael García Bernal) sigue el sentido contrario, del optimismo creativo pasa a la negatividad total al ver que el filme se convierte en una misión imposible por culpa de los acontecimientos políticos (los habitantes de Cochabamba se sublevan contra la multinacional, toman las calles y se enfrentan a la policía) y de la integridad del actor boliviano (Juan Carlos Aduviri) que resulta representar el líder indio del siglo XVI a la vez que es el portavoz incitador a la sublevación en el Cochambamba actual. Arrestado por la policía, el filme no podría acabarse sin él, de manera que Costa sabe que tiene que ir a "untar" al jefe de la policía con 2000 dólares. Lo consigue mediante el pacto que una vez acabado el rodaje la policía volverá a detener al líder para encarcelarlo definitivamente
El remordimiento de conciencia produce el efecto liberador en Costa que rehúsa ante las órdenes del banquero americano que financia la película de abandonar el país, sí o sí.
Costa planta cara. Aunque la desbandada del equipo técnico es casi total, no solo los actores jóvenes españoles acorbadados (Raúl Arévalo...)huyen, también el técnico argentino y la chica mexicana.
Los valientes se quedan:el actor que hace de Colón (Karra Elejalde), grandioso en su papel de borracho de vuelta de todo, es la voz de la conciencia que pese a su estado de permanente embriaguez mantiene en todo momento la lucidez; Costa que se reconcilia con su yo interior; y el director (Gael) sobrepasado por los acontecimientos.
El persoanje de Costa es el más profundizado en la película, puesto que pasa de ser un hombre ávido de dinero, mejor dicho ahorrar el máximo posible y tener actores dóciles y entregados, a comprender la lucha de los indígenas y solidarizarse con ellos. Cosa que hace que el papel de Luis Tosar parezca la prolongación de Malamadre. "También la lluvia" no es una película fácil, es cine político, de denuncia, que critica la indefensión de los débiles frente a las multinacionales que compran políticos corruptos a los que no les tiembla la mano a la hora de subir los precios de los servicios básicos (¿suena de algo esto, verdad?) el 300%, pese a que la población más desfavorecida no tiene con que vivir.
Por otra parte, "También la lluvia" cuenta cine dentro del cine, los ensayos de los actores antes de rodar, los decorados delante y detrás de la cámara. Y claro la vieja polémica de Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, en una época en que estos eran pocos menos que seres de segunda.
La habilidad de Bollaín es fusionar las dos realidades para hacer navegar sus personajes por la tensión narrativa del filme. Mientras Costa (Luis Tosar) evoluciona hacia adelante, de la frialdad monetaria del principio hacia tener buenos sentimientos, un poco como Bartolomé de Las Casas; el director (Gael García Bernal) sigue el sentido contrario, del optimismo creativo pasa a la negatividad total al ver que el filme se convierte en una misión imposible por culpa de los acontecimientos políticos (los habitantes de Cochabamba se sublevan contra la multinacional, toman las calles y se enfrentan a la policía) y de la integridad del actor boliviano (Juan Carlos Aduviri) que resulta representar el líder indio del siglo XVI a la vez que es el portavoz incitador a la sublevación en el Cochambamba actual. Arrestado por la policía, el filme no podría acabarse sin él, de manera que Costa sabe que tiene que ir a "untar" al jefe de la policía con 2000 dólares. Lo consigue mediante el pacto que una vez acabado el rodaje la policía volverá a detener al líder para encarcelarlo definitivamente
El remordimiento de conciencia produce el efecto liberador en Costa que rehúsa ante las órdenes del banquero americano que financia la película de abandonar el país, sí o sí.
Costa planta cara. Aunque la desbandada del equipo técnico es casi total, no solo los actores jóvenes españoles acorbadados (Raúl Arévalo...)huyen, también el técnico argentino y la chica mexicana.
Los valientes se quedan:el actor que hace de Colón (Karra Elejalde), grandioso en su papel de borracho de vuelta de todo, es la voz de la conciencia que pese a su estado de permanente embriaguez mantiene en todo momento la lucidez; Costa que se reconcilia con su yo interior; y el director (Gael) sobrepasado por los acontecimientos.