Tras la polémica "El proyecto de la Bruja de Blair" nos llega otro film de características similares: cámara digital, nulos fx y una intriga que se basa más en insinuar que en mostrar. Todo esto no se debe a otra cosa que al bajo presupuesto de la película. Aunque, paradójicamente, éste ha de ser su mayor atractivo, ya que es su tono realista lo que diferencia a Open Water de las otras cintas de "terror" protagonizadas por tiburones.

La trama no tarda en absoluto en arrancar: tras unas escenas en las que vemos a la pareja protagonista en su feliz noviazgo, comienza la aventura cuando son abandonados por un barco en medio del mar. Esta premisa es muy interesante, ya que la situación es absolutamente desesperante y podríamos decir que novedosa para el espectador. Pero claro está, a partir de aquí no hay nada parecido a un corre que te pillo con tiburones (lo cual sería bastante risorio), sino conversaciones y conversaciones sobre lo adisgusto que estamos en medio del mar, que si me mareo, me hago pis, tengo frío, dónde estamos o como mucho algo me ha tocado en el pie, y en resumidas cuentas los "tiburones" (a mi juicio parecian truchas) sólo muestran timidamente el pico de su aleta con algún que otro chapoteo...rellenando así la mayor parte del metraje. Hasta que introduciéndonos el final de la película vemos algo más de carnaza (toda la que se pueda esperar en una película de este tipo), y un par de escenas efectistas que consiguen cerrar la película de manera satisfactoria para el espectador.

Esta claro que el jugo de la cinta se va completamente tras el primer visionado, ya que como ya he dicho se insinua más que se enseña, lo que la hace perder bastantes puntos si se revisa. No obstante es una curiosa alternativa para los amantes del género que quieran ver algo relativamente diferente.

Lo mejor: Consigue mantener el interés.
Lo peor: Al igual que le pasaba a la bruja de Blair, la gracia se le iba en el primer visionado.