Entré al cine pensando que vería una película normalucha. La elegí más que nada porque la película se desarrolla en el tren transiberiano, un tren en el que siempre he deseado montarme. Pero salí convencido de haber visto una película muy grande, de las mejores que he visto últimamente en el cine, superando a otras mucho más pretenciosas.

Pienso que la película mete al espectador constantemente en el argumento. Al principio de una manera más sutil y al final de una manera más emocionante.

En general me han gustado los cinco actores principales, incluso Eduardo Noriega, que no me suele convencer. Ben Kingsley, muy grande, como siempre.

Otro punto muy fuerte de la película es la fotografía, los lugares de Rusia donde se desarrolla la trama son perfectos.