Jim Jarmusch ha rodado una bella película narrada en una estructura basada en la repetición que no se hace repetitiva. Una rutinaria semana en la vida de un conductor de autobús llamado Paterson que vive en Paterson, Nueva Jersey el cual pasa sus ratitos libres escribiendo poesía. Lo que hace especial esta película no es su historia, sino la ausencia de ella. Un film que nos muestra la felicidad en lo pequeño, la curiosidad, la complejidad de las vidas ajenas, cómo nosotros nos consideramos totálmente simples sin serlo para los demás, el talento escondido de las personas más inesperadas, la diferencia en el caracter entre cada una de ellas, la filosofía de la vida interpretada por diferentes personajes.
Podría hablarse durante horas sobre este film escuchando diferentes versiones de él, y es que la poesía tiene esa particularidad. Puede interpretarse de mil maneras para que cada persona se quede con su significado más personal, así que no voy a contar mucho más, dejaré que seais vosotros mismos los que deduzcais su mensaje, pero os aseguro que estaremos de acuerdo en lo hermoso de sus lineas.