La película cuenta una historia de amistad, entre un pintor en decadencia y un galerista. Y la forma en que este último, quiere ayudar a su amigo pintor, que otrora fue exitoso pero actualmente enfrenta situaciones difíciles por su mala condición económica. El guión es bastante predecible y la película tiene algunos baches importantes.
El único motivo para ver este film, son sus dos inmensos actores, Brandoni y Francella; quienes le otorgan un plus que el director estuvo lejos de lograr. En resumen, termina siendo una película pequeña, y apenas llevadera por la calidad de las actuaciones.
Un detalle curioso, Duprat intenta “venderle” al espectador que Buenos Aires es una ciudad única y maravillosa, pero ni siquiera muestra algo de lo bueno que puede tener la ciudad (todo lo contrario, espanta a los potenciales visitantes)