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Spain Spain · Valencia
Carorpar rating:
7
Film noir. Mystery. Thriller This, the second adaptation of Raymond Chandler's novel, is much closer to the source text than the original - Murder, My Sweet (1944), which tended to avoid some of the sleazier parts of the plot - but still concerns private eye Philip Marlowe's attempts to locate Velma, a former dancer at a seedy nightclub and the girlfriend of Moose Malloy, a petty criminal just out of prison. Marlowe finds that once he has taken the case, events ... [+]
Language of the review:
  • es
June 5, 2023
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«Adiós, muñeca» no es «El sueño eterno» («The Big Sleep», 1946). Lo sé yo, lo saben mis improbables lectores —que Rodríguez Rivero me perdone el plagio—, lo sabe toda la crítica —a sueldo y aficionada— y lo sabían, seguro que también ellos, sus responsables, desde el desconocido director Dick Richards al tótem Robert Mitchum.
Añadiré que «Adiós, muñeca» no es «El sueño eterno», ni falta que le hace. Porque se trata de un correctísimo (neo) «noir», consciente de sus limitaciones —a veces se nos olvida la desenfadada génesis de serie B que tuvo el subgénero— y que explota sus posibilidades hasta sus últimas y muy gratas consecuencias, empezando por el cinismo a quemarropa de unos diálogos —y monólogos en off— fieles a la vitriólica pluma de Raymond Chandler.
Ayuda al gozoso nihilismo que impregna la historia el Philip Marlowe compuesto por Robert Mitchum. Sabedor de lo absurdo intentar emular a Bogart —son actores en las antípodas, físicas e interpretativas—, se lleva el papel a su terreno, entregando un personaje cuarteado por los años, el alcohol y la derrota. Tamaño despliegue de carisma empequeñece a compañeros de fatigas con los mismos años de mili en el macuto, caso de John Ireland, cuyo carácter (orgullosamente) secundario se hace aquí más palmario que nunca, opacado encima por el siempre insólito Harry Dean Stanton.
Siguiendo con el reparto, Charlotte Rampling se conforma con hacer una torpe imitación de Lauren Bacall y un (casi) debutante Sylvester Stallone tiene una breves aparición como matón italoamericano. No emite un fonema, pero le hace ojitos a una pilingui y pega un par de tiros bastante certeros. ¿Y tú me lo preguntas? Minimalismo eres tú.
En fin, entretenida adaptación, leal al espíritu del original y a los códigos del fecundo cine negro americano. Lo que antaño podía tenerse por película alimenticia, fondo de armario, obra de un artesano y cuantos tópicos al respecto se les ocurran, hoy raya en la obra maestra, lo cual ciertamente invita —salvo excepciones— a preocuparse por el estado del audiovisual de nuestros días.
Carorpar
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