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Migue Muñoz rating:
10
TV Series. Drama TV Series (2007-2015). 7 Seasons. 92 Episodios. The lives of the men and women who work in an advertising agency in New York in the 1960s. The agency is enjoying success, but the advertising game becomes more competitive as the industry develops. The agency must adapt to ensure its survival. Don Draper is a talented ad executive at the top of his game, but the secrets from his past and his present threaten to topple his work and family life. [+]
Language of the review:
  • es
December 2, 2010
10 of 11 users found this review helpful
En 'Con la muerte en los talones' Roger Thonrnhill (Cary Grant) se da de bruces con una confusión de identidad que le incrimina y le encajona en un tejido de espionaje donde su nueva personalidad crecida de la nada: George Kaplan, le hace mutar de sofisticado ejecutivo publicitario de Manhattan a un personaje etéreo que constantemente debe medir su equilibrio para no venirse abajo literalmente, medir el suelo, romperse las narices y besar la tierra.
Cuando en el comienzo de su carrera, allá por 1931, Archibald Alexander Leach estampó su firma con la Paramount abandonó su nombre para siempre y marcó su nueva identidad con el nombre de Cary Grant. Una persona, dos nombres y una diatriba identificatoria en la que el actor inglés se debatió hasta su muerte.

Por su parte, Don Draper, el personaje más complejo, norteamericano y velado que ha dado la ficción estadounidense en las últimas décadas convierte la serie Mad Men en un producto de altos niveles de calidad formal y de fondo que persigue ser el fresco sociológico de la más reciente Historia contemporánea estadounidense, así como el muestrario latente de identidades opacas en busca de aquello que durante un cierto periodo se llamó sueño americano. Las apariencias hablan de una serie de publicitarios sobre la inseminación de lo que décadas más tarde se denominaría sociedad del bienestar, pero ese juego de palabras que atribuyen a Mad Men un cierto halo de locura más allá del punto geográfico donde nacieron y se siguen hallando en la actualidad las sedes centrales de todopoderosas multinacionales de la comunicación empresarial.
Aunque lo que realmente hace mayúsculo a un producto como Mad Men no es su capacidad de radiografiar ese tejido socio-cultural que repasa la Historia, sino los estados anímicos que refleja, así como la autenticidad que desprenden sus nudos argumentales más melodramáticos. El descubrimiento del pasado turbio de los personajes, las interrelaciones veladas entre ellos o la opaca sensación de aquello que se esconde tras la supuesta felicidad de clase media-alta. No es casualidad que todo lo que engloba a Mad Men aparezca como dicotomía de extremos que guardan numerosas capas intermedias de lectura e interpretación.

Donald Draper tiene un pasado, como Cary Grant, como yo. La vulnerabilidad del ser no conoce de éxito y ganancias. Los fantasmas siempre acechan. Hitchcock lo sabía mejor que Freud. La estética más sofisticada del nuevo hombre moderno aún la sigue manejando los resortes del añorado trabajo de Saul Bass. Nueva York sigue teniendo la magia siniestra de aquellos lugares donde nunca se puede dormir.
Migue Muñoz
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