Agradable y colorista comedia familiar salpicada de números musicales en la que V. Minnelli demuestra su habilidad para dotar de cierto interés a un argumento sencillo en que minúsculas vicisitudes cotidianas se convierten en protagonistas de una historia pintada con acuarelas, adornada con lápices de pastel y edulcorada con algodón de azúcar.
Película ingenua, a veces desenfadada y chispeante, que trascurre en el contexto de una fragancia suave de aromas candorosos en un mundo en el que todos van siempre con sus caritas limpias.
Buena factura cinematográfica y correcta interpretación.