Esta nueva versión de Hen-Hur no es comparable a la merecidamente oscarizada de William Wyler de 1959, once Oscars a los que habría que sumar algunos más por su indiscutible "juventud" y permanencia en los trasteros neuronales de aquellos que pudimos verla en un cine de pueblo, versión mono, con su descansillo para el Selecto Ambigú... No fueron pocos los que volvieron al cine para verla otra vez, a disfrutarla, e incluso a repetir varias veces cuando el pase fue en la televisión. 625 líneas con una resolución visual que ahora dan pena o risa. No es comparable.

Y no lo es por infinidad de razones. Principalmente por la incredulidad física de los actores que, de tanto feminizar al género masculino nace un Ben-Hur metroxesual descafeinado, desprovisto de sana virilidad, sin sustancia acorde a una época en la que los hombres eran crueles guerreros, hombres duros curtidos en batallas, resistentes, y sobretodo menos angelicales. Otra razón que desacredita esta neo-Ben-Hur es la intemporalidad del vestuario, la falsedad de las heridas corporales, así como la banda sonora y los diálogos pueriles, disfrazados de petarda modernidad con palabras como Progresismo. Apaga y vámonos.

La película no es tan mala, tampoco es que llegue a buena, pero consigue entretener, sobretodo en el momento de la carrera de cuadrigas y en los planos de la batalla naval, con sus errores inclusive... que los tiene, y bien gordos. En fin, cuando vi el trailer ya me esperaba un resultado mediocre y así ha sido.

No sé si Charlton Heston debe tener licencias para ir a cine allá en su retiro dimensional-perpétuo, supongo que sí. Esperemos pues que tenga diazepan a mano, lo va a necesitar.

Nota: 5,2