Para mí, el auténtico maestro de la película es Mikhail Kritchman, el encargado de la fotografía. Consigue una nitidez y una belleza de imágenes de tal naturaleza que nos dejan absortos en su contemplación, sobre todo las referente al mar: esas tomas grises azuladas son espléndidas, sobrecogen el ánimo y transmiten gran pesadumbre.

En cuanto a la historia que se cuenta, el personaje del padre no puede ser calificado en modo alguno como un déspota (¿acaso darle a un hijo varios tortazos cuando éste se ha comportado de una manera manifiestamente irresponsable, ahora también resulta que es despotismo?).

El argumento no nos revela el pasado de este hombre: cabe que sea aviador y su trabajo le mantiene muy alejado del hogar, que haya salido de la cárcel por cuestión política, que sea lo que él dice: que después de muchos años separados, ella lo ha llamado para que al menos pase un día o dos junto a sus hijos y se conozcan un poco; en fin puede ser lo que uno quiera pensar, pues esto queda abierto, pero lo que vemos en la pantalla nos indica que él y la madre de sus hijos ya ni sintonizan ni se aman, que ambos guardan silencio deliberado sobre una realidad más profunda y que ninguno hace por descubrirle la verdad a sus dos descendientes.

Sin embargo el director no nos da a entender que este hombre sea precisamente un mal hombre o un déspota; en todo caso el que sí da señales de que puede llegar a serlo es su hijo menor, un niñato que da todos los síntomas desde la primera escena de ser el mimado de la mamá, y que desde que regresa el padre no para de "meterle el dedo en el ojo" a ver como lo saca de quicio, con una continua personalidad de niño aguafiestas, quejica y victimista, que le sale por todos los poros de la cara; este chaval no sólo no sabrá mostrarle un poco de delicadeza al padre a quien no ve desde hace doce años y del que nada sabe, sino que por el contrario lo tratará contestatariamente en todo momento, haciendo siempre lo posible por cuestionarlo, enfurecerlo, desobedecerlo y horadar su autoridad patena; con esta actitud desafiante, de pequeño cabroncete de sesera bastante retorcida, dominará, sumará y negativizará a su hermano mayor para así ir drámatica y lamentablemente mucho más allá.

Fej Delvahe