Lang nos regala una de sus mejores películas y a la vez una de las mejores obras del expresionismo alemán. Aunque ya venía haciendo ciertos filmes aceptables como Las Arañas, es sin dudad con esta que empieza a dejar su legado en la historia del cine. Preciosa historia que mezcla de forma acertada el terror, la fantasía y el amor. Las frases iniciales del filme ya nos mentalizan que estamos ante un poderoso guión que va creciendo hasta que al final no podemos dejar escapar una lágrima. La dirección, lo admito no es la mejor de la carrera de Lang pero sin duda ya mostraba sus primeros pasos de genialidad que exploto en obras posteriores como Metrópolis o M. Técnicamente la película tiene buenos logros para la época: Buenos efectos visuales, buen diseño de la temida muerte, buena dirección artística, buen maquillaje, y la usual fotografía del expresionismo alemán. En conclusión una joya del Expresionismo, que nos demuestra en un magistral final el triunfo del sentimiento más hermoso del mundo: el amor frente a la muerte.