Me gusta el cine de Marco Berger, desde que descubrí su primera película HAWAII, quedé fascinado por la forma intima que tiene de dar a conocer a sus personajes, ahondando en su condición.

Toda su filmografía mantiene esa curiosa nota donde se adivina más que se muestra; y no se agota pese a la reiteración argumental con pocas variantes. En cada circunstancia temática, procedencia y destino son idénticos, sin que parezcan los mismos, aún adivinando el origen.

EL CAZADOR, reincide en personajes reservados, circunspectos: Miradas, gestos; escasez de diálogos, donde lo implícito supera siempre a lo explícito. A medida que avanza, Berger proporciona un giro, manteniendo el género en su raíz, pero desarrollando mucho más la implicación sexual de los personajes, aun careciendo de escenas donde quede patente lo ya evidenciado.

La reflexión final se aleja totalmente del modo habitual en que desarrolla sus trabajos el director argentino. Sorprende y encuentro lógica su evolución.