Una película polaca sombría, con impresionante fotografía pero con un guion que no termina de enganchar.

La historia comienza desde el punto de vista de un hombre religioso, que se encuentra rodeado de cadáveres. Su barco ha zozobrado y él ha terminado a orillas de una isla. Parece que es el único sobreviviente, pero aparece un hombre más joven de cabello rubio que le ayuda a sobrevivir y comienza a llamarle "obispo". Ha venido a convertir al cristianismo a los habitantes indígenas de la isla que hablan un idioma diferente, entonces los dos empiezan a adoctrinar a todos, ya que un gran ejercito va a llegar próximamente y aniquilara a los herejes.

La traducción literal del título en polaco (Krew Boga) seria algo como "La sangre de Dios", pero el titulo internacional ha optado por "El Mudo" (The mute).

Con un tono azulado, húmedo y deprimente el director Bartosz Konopka nos muestra una película con un ritmo lento, diálogos prolongados y farragosos intentando darle tristeza y tensión, pero lo que más produce es el tedio y el aburrimiento.

La impresionante puesta en escena con imágenes impactantes, no es suficiente para que esta película medieval levante el vuelo.
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