Interesante y cercana película sobre la amistad ambientada en la primera guerra mundial (sobre todo la última parte). Tiene una cara finalidad exaltadora de Australia, pero llevada con elegancia y sin caer en el panfletismo.

Se deja ver con ganas por la simpatía y carisma de los actores (uno de ellos un jovencísimo Mel Gibson), por las imágenes de los grandes espacios abiertos de Australia y por las aventuras que corren: ya al principio sólo para alistarse y después en Gallipoli.

Buenos actores. Los dos. Pero Gibson tiene mucho más magnetismo en la pantalla. Es un "malote" con alma de buen tipo y lo clava.

Personajes carismáticos, tanto los protagonistas como los secundarios (el tío que le anima a ser corredor, los oficiales del asalto...). En el vestuario de los protagonistas están claros los roles: de blanco, Mark Lee, el arquetipo de joven idealista y virtuoso. De negro, Gibson, el joven más experimentado, con más "calle" y más pragmático.

Buen guión.
Toda las peripecias desde que salen de la granja hasta que se alistan son cercanas e interesantes. A camino entre la película de aventuras y la exaltación de la amistad. A la hora de alistarse tienen que distinguir al "niño bien" del "currante". No pasa nada. Lo solucionan más adelante:
El reencuentro en otro país, afianza la amistad.
Y el desenlace en Gallipoli. Emocionante, con tensión, con sensibilidad y con cierto regusto a tragedia clásica.
Las escenas finales son muy buenas y muy plásticas.

Dirigido con sensibilidad, elegancia y épica. Pese a ser personajes absolutamente normales todo en la película tiene algo de narración heróica.

Se nota cierta idealización de lo australiano; pero...es que es su película. No iban a quedar mal ellos, claro.