La película de Michael Cuesta recrea un momento muy complicado que todos hemos tenido en nuestra vida. Es ese momento en el que dejamos la niñez atrás para dar paso a las preocupaciones de la adolescencia; previas a la madurez.
Se retrata la vida un grupo de amigos, los cuales intentarán encontrar su dirección en la vida, y su postura ante nuevos problemas para resolverlos. Como esos niños evolucionan ante esos cambios que se están produciendo en su cuerpo y su mente. Decisiones que marcaran el futuro de sus vidas y de todos los que les rodean, ya que los juegos de niños se dejan atrás para participar en otros juegos más importantes.
El film engancha desde el principio ya que uno conecta fácilmente con las preocupaciones de esos niños. Una preocupaciones que tienen lugar debido a unos cambios hormonales y mentales, que en cierto modo todos hemos podido sentir; salvando las distancias que la trama marca.
Los actores que dan vida a los protagonistas realizan un trabajo muy bueno. Todos ellos resultan tremendamente creíbles en sus roles, dando así vida a unos niños llenos de miedos y esperanzas. Sentimientos encontrados que les dirigirán sus vidas.
Aunque la película cuente con algunos momentos que no consigan estar a la altura de lo que uno espera, sí que se debe decir que dichos momentos son muy puntuales, y no entorpecen a la trama que se está narrando; y que engancha desde el principio.
En fin, se nos ofrece una película donde las decisiones que se marcan en nuestra niñez marcan nuestro futuro. Unas decisiones que a veces son acertadas y otras no; pero que son importantes para dar paso de la niñez a la adolescencia.