Spike Lee dirige este sorprendente thriller nada convencional. Uno piensa que va a ver la típica película sobre robos, pero se encuentra con un guión soprendente que esconde más de lo que ofrece en un principio.
La historia está llena de giros dramáticos y de personajes que hacen que uno se sitúe entre aguas movedizas, sin saber como va a reaccionar cada uno de los protagonistas, y como va a evolucionar la situación.
Denzel Washington realiza un trabajo excepcional intentando comprender a un atracador (sobresalientemente interpretado por Clive Owen) que está realizando un robo perfecto. Un hombre que tiene planeado todo hasta le más mínimo detalle. A esta pareja se une para mí la mejor interpretación; la llevada a cabo por la fantástica Jodie Foster. Ella realiza un personaje sin escrúpulos, cuyo trabajo es conseguir cualquier cosa que le propongan sus clientes.
Los tres forman un triángulo con objetivos muy dispares, luchando por un fin que intentarán conseguir a toda costa. Como base central un banco en el corazón de Manhattan, y aproximadamente 50 rehenes que se verán involucrados en dicho robo mucho más de lo que ellos imaginan.
En fin, un gran thriller dirigido de manera magistral y con una fotografía muy destacable. Una película con la que uno tendrá en su mente constantemente la pregunta: ¿cuál es el verdadero objetivo de los atracadores? La respuesta es más sorprendente de lo que uno puede esperar al principio del film.