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Argentina Argentina · Buenos Aires
Juan Rúas rating:
8
Comedy. Drama Vulnerable before a reality that can suddenly be modified and become unpredictable, the characters of Wild Tales cross the thin line that divides civilization from brutality. A story about love deception, the return of the past, a tragedy, or even the violence contained in an everyday detail, appear themselves to push them towards the abyss, into the undeniable pleasure of losing control.
Language of the review:
  • es
June 25, 2015
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De menor a mayor va Relatos salvajes. Partiendo de una columna vertebral de índole conceptual (la violencia humana llevada a extremos animales), ya con solo eso el director y los guionistas tienen una pista larga y amplia por recorrer. No existe un análisis interno de la violencia como tal, sino que se prefiere optar por la expresión cruda de actos "cotidianos" que se pasan de la raya. Es el espectador el que podrá leer, dentro de su propia vaguedad, las implicancias sociales de Relatos Salvajes.

La peli adopta la forma de un juego escabroso: las dos primeras historias están resumidas a vuelo de pájaro, son potentes pero también pasajeras. A partir de la historia de Sbaraglia la cosa va tomando otra magnitud: es la menos dialogada de todas y el nivel de intensidad que logra mediante meros actos impulsivos alcanza al espectador, lo da vuelta y lo desbarranca en un espiral en donde el silencio se sobrecarga de odio. La elección de incomunicar verbalmente a esos dos personajes resulta formidable. Luego, Darín se encarga de disfrazarse del "buen vecino" que está harto de serlo; más tarde, un crimen estúpido se enrosca por puro poder económico.

Relatos salvajes no frena en su calidad narrativa y termina por decorar la torta con una historia de "boda desengañada". Especial mención para esta tragicomedia: por primera vez aparece lo realmente SINIESTRO. Entendamos "siniestro" como una angustia latente que se genera por la aparición de otra "cosa" que sobrevuela la situación. Si bien en las historias anteriores veíamos el lado animal del hombre, en "Hasta que la muerte nos separe" se hace presente como nunca la locura. No locura en tanto desborde de emociones, sino más bien como un desfazaje de lo que solemos ser. Los personajes pierden su integridad psiquica para darse a conocer como verdaderos extraños que actúan de manera extraña, desencajada, dentro de un contexto que pugna por mantener ese orden previo, ya irremediablemente perdido.

No llega a ser perfecta. La división en historias, más o menos efectivas, casi siempre daña a las pelis como un todo compacto. Pero si se las arregla para saber que decir, como decirlo y, ante todo, hacérnoslo sentir.
Juan Rúas
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