A no engañarse, que La guarida se aleja de un producto por y para amantes del género del terror y se acerca mucho más a un cuento fántastico para menores de edad con "reservas".

Es que, no lo puedo evitar: ¿Qué necesidad de que la Jones sea bisexual, salvo para despertar las fantasías apagadas de algún puber? Su condición sexual está de más en la trama. Aparte está también la casa, con sus secretos bien ocultos, pasadizos en las paredes y llantos de niños fantasmales. Por otro lado, todo se origina desde una prueba, un experimento a realizar sobre conejillos de indias: la idea del doctor loco está presente en el terror, pero en este caso por la forma estética y argumental parece encajar mejor dentro de la ciencia ficción.
Utilizando al suspense hasta sus extertores, salpicando de terror más poco que mucho, La guarida convence...como un arma de doble filo.