Mini-crítica, alarmado por las escasas votaciones que tiene. Esta magnífica serie consta de 26 capítulos de apenas 10 minutos de duración, lo que la hace un tanto especial marcando claramente el ritmo del guión. El resultado final es una serie única por su humor y desarrollo. El protagonista, Kimiyama (16), entra en el instituto que más fama de ''malotes'' tiene de todo Japón. El, totalmente opuesto, con su carácter frío y en apariencia racional, está preocupado por lo que se encontrará en el instituto Cromartie. Sin embargo pronto empieza a desplegar su particular ingenio y a conocer a una serie de curiosos personajes del primer curso. A pesar del protagonismo de Kimiyama, esta serie es puramente coral. Todos los personajes se irán deslizando por las piezas de diez minutos, hilvanando sus historias e introduciéndolas en muchas ocasiones en microhistorias o set-pieces que podrían ser independientes. Poco más que añadir a los personajes, con el fin de no destripar el alma de la serie. Mencionar simplemente que cuenta con dos o tres que merecen estar entre lo mejor del género.