En la nueva película de Jared Hess, nos vuelve a llevar a la comedia absurda, como ya ha hecho en sus anteriores direcciones.

Una película en esta ocasión que parte sin ningún tipo de pretensión, ya que ella misma sabe cuales son sus limitaciones y hasta donde es capaz de llegar.

Como una trama absurda, que intenta buscar las miserias de lo humanidad cuando el dinero esta por medio, la película no hace gana ni de originalidad ni de arriesgo, más bien es lo contrario, ya que más bien se conforma conforma con dar forma a una trama, sin profundidad, plana, previsible en sin gracia.

Su argumento, aunque puede tocar ciertos temas que pueden dar mucho más de sí, lo cierto es que la cinta no sabe salirse los patrones del género, llenando las escenas de tópicos y de situaciones absurdas que más que risa pueden provocar bochorno.

Su reparto compuesto por unos actores de renombre, no logran salir del charco donde se han metido, haciendo todos ellos unas interpretaciones más que mediocres. Zach y Owen se llevan la palma, ya que sus dos personajes son los más bochornosos que podemos ver, que junto a Kate Mckinnon hacen un trío de lo más lamentable.

Como conclusión podemos decir que la película no cumple con las expectativas, no es capaz de llenar nos huecos vacíos, no profundiza en ninguna cuestión y no provoca la risa en el espectador el cuál sentirá indiferencia una vez vista.

Lo mejor: Momento araña, la sesión de fotos.
Lo peor: Es todo un producto de reciclaje
Recomendada: No

@cineypunto